Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de mayo de 2025
El licenciado Juan Paez de Valenzuela, autor de la relacion del auto general de fe celebrado en la ciudad de Córdoba el año de 1625, al hablar de Manuel Lopez que salió á ser relajado en persona, dice: «Si bien con afecto particular se hicieron todos los medios posibles para reducirlo al conocimiento de la verdad, ningunos lo fueron.
No lo quiera Dios, Arráez; Ya eres libre. ARR. ¡Oh gran Narváez! Hoy vive mi honor por ti. Dame esos pies. NARV. Vete luego. Páez. Sale PÁEZ, soldado. PÁEZ. Señor. NARV. Dale a este moro Su caballo y armas. ARR. Lloro. De alegría. PÁEZ. Ya lo entrego. ARR. Yo te enviaré mi rescate, A fe de hidalgo. NARV. Con celos No quieran, moro, los cielos Que yo en la prisión te mate.
Tres eran las divisiones del Libertador: mandaba Paez la primera, que se componia de 1.500 ginetes, el batallon Británico y el del Apure. Cedeño guiaba la segunda, compuesta del batallon de Tiradores, el de Vargas, el de Boyacá y el escuadron Sagrado.
Conque ¿entendióme, padre?... Y a usté, don Marcelo, ¿qué le paez de este disponer mío, como si estuviera en la mi casa? Todo me pareció bien, hasta el estilo, y las precauciones que tomaba Mari Pepa para no ser oída del enfermo, y la decisión de Lituca, y, en particular, la cara que ponía para declarármela.
¿Por qué? preguntéla con mucha curiosidad. Porque respondió al punto , con esconder de la vista de uno o cambiar de sitio las cosas que en vida usaron los muertos, paez que se los olvida más pronto... Créolo yo así.
Pos la ventaja del nuestru vayi está contestóme Chisco dulce y sonriente , en que es de suyu más terreñu y más... vamus, más... Por últimu, ya verá lo que es el nuestru vayi; y si no le paez puntu menos que la gloria, no sé yo lo que sea cosa buena.
Tambien por entonces, á principios de Noviembre, despues de varios hechos de armas favorables á los patriotas y en los que se distinguió, entre otros, el capitan José Antonio Paez, los soldados españoles evacuaban la isla de Margarita.
Así era el buen Fortunato Camoirán, prelado de la diócesis exenta de Vetusta la muy noble ex-corte; aquel humilde Obispo a quien el Provisor en cuanto entró en el salón reprendió con una mirada como un rayo. El Obispo estaba sentado en un sillón y las dos señoras en el sofá. Eran Visita, la del Banco, y Olvido Páez, la hija de Páez el Americano, el segundo millonario de la Colonia.
Bolívar y Paez se vieron en San Juan de Payara el 16 de Enero de 1819, y pronto quedaron reconciliados por el deseo que en ambos existia de levantar el ánimo de sus soldados, algo abatido por los desastres del año anterior, y marchar en buena armonia desde enfonces al noble fin que les hacia exponer su vida en el campo de batalla.
Ha ido esta tarde dos veces a Palacio, una vez a casa del Arcipreste, otra a casa de Carraspique, otra a casa de Páez, otra a casa del Chato, dos a la Catedral, dos a la Santa Obra, una vez a las Paulinas, otra... ¡qué sé yo! Está muerta la pobre. ¿Y a qué ha ido? contestó De Pas al segundo trueno. Pausa solemne.
Palabra del Dia
Otros Mirando