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Actualizado: 22 de mayo de 2025


Si el espacio es una propiedad de Dios, entra en la esencia de Dios; es así que el espacio tiene partes, luego tambien los tendria la esencia de Dios. Spectatum admisi................................................ Además los espacios, ora están vacíos ora llenos; luego habrá en la esencia de Dios partes ora vacías ora llenas y por consiguiente sujetas á un cambio perpetuo.

El capitan era un señor de aspecto bondadoso, bastante entrado en años, antiguo marino que en su juventud y en naves más veleras se había engolfado en más vastos mares y ahora en su vejez tenía que desplegar mayor atencion, cuidado y vigilancia para orillar pequeños peligros... Y eran las mismas dificultades de todos los días, los mismos bajos de cieno, la misma mole del vapor atascada en las mismas curvas, como una gorda señora entre apiñada muchedumbre, y por eso á cada momento tenía el buen señor que parar, retroceder, ir á media máquina enviando, ora á babor ora á estribor, á los cinco marineros armados de largos tikines para acentuar la vuelta que el timon ha indicado. ¡Era como un veterano que, despues de guiar hombres en azarosas campañas, fuese en su vejez ayo de muchacho caprichoso, desobediente y tumbon!

Clementina le escuchaba con atención, recorriendo con la vista los cartones que le ponía delante, dejando escapar algunas palabras, ora de elogio a los matizados insectos, bien de compasión cuando Raimundo llegó a describirle la muerte de su madre. Afectaba desembarazo, distracción.

Ora consideremos el Universo, ó sea el conjunto de todas las cosas, como substancia eterna con poder inmanente para desenvolverse y manifestarse en apariencias distintas, ora como creación de una voluntad y de una inteligencia soberanas, el hombre, por un estímulo irresistible que hay en él, y por los bríos y por la virtud que producen ese estímulo, se siente movido á mejorar y adaptar las cosas ya existentes, sacando de ellas algo nuevo, ya para su propia utilidad, ya para su propio deleite.

Ora duda de él y quiere que los extraños confirmen y acrediten que le tiene; ora en el fondo de su atribulada conciencia se ve ruin, necio y para poco, y aspira sin embargo, a imponerse, engañando al mundo. Al orgulloso, al que hace alta estimación de propio, poco o nada le preocupa la estimación de los demás. Si no le estiman es porque no le comprenden.

La paz, la modestia del silencio... «Afirmar valientemente mi fe cuando se presente la ocasión, sin tratar de imponérsela a los demásTambién esto me gusta extraordinariamente. Pero, señor cura, «hacer amar la fe haciendo amar en las virtudes que le debo...» ¡Señor! ¡Virtudes! Yo, tan débil, y que no tengo más que instintos ora buenos, ora malos y casi siempre infinitamente medianos...

Pasaba tiempo a veces sin que ninguno de los dos chistara, ella a un extremo del banco, él a cierta distancia, detrás, ora de rodillas, ora sentados.

Los primeros rindiendo culto á la piedad, ora acudían á las enseñanzas de los Sagrados Libros, ora á procurar la corrección de costumbres, ofreciendo al pueblo por medio de alegóricos asuntos las funestas consecuencias del vicio y los galardones reservados á la virtud.

Pase adelante con su pregunta el señor mayordomo, que yo responderé lo mejor que supiere, ora se entristezca o no se entristezca el pueblo. ¿Es todo esto así, hermano? -preguntó Sancho. -, señor -respondió el hombre-, pero hágale vuestra merced que muestre las cinco caperuzas que me ha hecho. -De buena gana -respondió el sastre.

Como fiel amiga de la humanidad se alberga sin repugnancia en el corazon de toda clase de hombres; ora brille en ellos esplendente y puro el sol de la inteligencia, ora esté oscurecido con espesa niebla. Defensa de la sabiduría contra una inculpacion infundada.

Palabra del Dia

santificación

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