United States or Timor-Leste ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando Margarita pudo volver al estudio de la rue de la Pompe, Julio, que vivía en perpetuo mal humor, viéndolo todo con sombríos colores, se sintió animado por un optimismo repentino. La guerra no iba á ser tan cruel como se la imaginaban todos al principio. Diez días iban transcurridos, y empezaba á hacerse menos visible el movimiento de tropas.

Reía amargamente de su optimismo en aquella ocasión, de la confianza que le había hecho despreciar todas sus ideas sobre el pasado. Los muertos mandan: su autoridad y su poder son indiscutibles. ¿Cómo había podido él, a impulsos del entusiasmo amoroso, desconocer esta enorme y desconsoladora verdad?... Bien le hacían sentir los lóbregos tiranos de nuestra vida todo el peso abrumador de su poder. ¿Qué había hecho él para que en este rincón de la tierra, su último refugio, le mirasen como un extraño?... Las innumerables generaciones de hombres cuyo polvo y cuya alma estaban confundidos con la tierra de la isla habían dejado como herencia a los presentes el odio al extranjero, el miedo y la repulsión al extraño, con el que vivieron siempre en guerra.

Y del concierto de su civilización, del acordado movimiento de su cultura, surge una dominante nota de optimismo, de confianza, de fe, que dilata los corazones impulsándolos al porvenir bajo la sugestión de una esperanza terca y arrogante; la nota del Excelsior y el Salmo de la vida con que sus poetas han señalado el infalible bálsamo contra toda amargura en la filosofía del esfuerzo y de la acción.

Al recordar este período de su pasado, Aresti sonreía amargamente, burlándose de su optimismo. ¡Cambiar él á su mujer! ¡Transformarla!....

Nada absolutamente. Aquel descubrimiento fatal rasgaba el velo de la credulidad, desvanecía el optimismo del cariño; la madre aparecía a los ojos del hijo tal como era, con toda su fealdad moral; y Juanito pensaba con rabia en su antiguo ídolo como el devoto que pierde la fe, y en la imagen milagrosa que antes le arrancaba lágrimas de emoción ve sólo un miserable leño. ¿Por qué había nacido del vientre de aquella mujer? ¿No podía tener una madre como lo son todas?

El doctor asombrábase ante la firme convicción de su primo. Celebraba su optimismo: así, su dicha no correría peligro.

Se consideraba con fuerzas para defenderse de todos ellos... Luego, al arrancarle la razón de su delirio heroico, intentó tranquilizarse con un optimismo falto igualmente de solidez. No vendrían. El no sabía por qué, pero le anunciaba el corazón que los enemigos no llegarían hasta allí.

Además, éste tenía mujer, tenía hijos, que verían con malos ojos la intrusión de una pareja de hambrientos. En su optimismo, creía que la suerte iba a cambiar, cansada de perseguirle. Aproximábase el invierno: volverían a Madrid las gentes que podían protegerle; no era difícil conseguir que lo encargasen una serie de artículos, una larga traducción, un libro para firmarlo otro.

Pues si ella te quiere dijo el doctor ¡adelante, muchacho! y á ver cuándo te llamo sobrino. Sintiendo cierta conmiseración por su optimismo, intentó animarle, disminuyendo los obstáculos ante los cuales se aterraba Fernando. Al padre, á pesar de sus barbazas y su entrecejo de gigante, no había que tenerle gran miedo. Era cuestión de que el descubrimiento le pillase de buen talante.

La Kultur sublimiza lo demoniaco que llevamos en nosotros, y está por encima de la moral, la razón y la ciencia. Nosotros impondremos la Kultur á cañonazos. Argensola seguía expresando con los ojos su pensamiento: «Están locos, locos de orgullo... ¡Lo que le espera al mundo con estas gentesDesnoyers intervino, para aclarar con un poco de optimismo el monólogo sombrío.