Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 23 de mayo de 2025


Los hombres no se casan por el prestigio, sino por el dinero. No se le ocurrió, pues, sentir remordimientos por lo pasado. Vivió triste y resignada dos años más, mostrándose indiferente a los placeres propios de su edad, sin hacer nada para granjearse la voluntad de los jóvenes y ganar un marido.

Pensó que una influencia oculta atraía sobre su vida el amor, aquel mismo amor que un año antes había visto brillar en los ojos de Julio. Pero ahora este pensamiento no asociaba la dicha y tampoco la antigua esperanza. Volvió a verle y nada ocurrió. Una gran inquietud la invadía.

Puesto que el mistral nos lanzó la otra noche a la costa de Córcega, permítanme ustedes que les refiera una triste historia marítima de que hablan con frecuencia los pescadores de por allá durante la velada, y acerca de la cual me ha suministrado la casualidad datos muy interesantes. Hace dos o tres años que ocurrió.

Al ver acercarse á un caballero del hábito de Santiago, á quien habían oído hablar mal de su señor, porque Quevedo había levantado la voz para llamar ladrón al duque, los porteros le tuvieron, sin duda, por tan amigo de Lerma, que le dejaron franco el paso inclinándose, y sin duda también porque el caballero de Santiago se mostraba amigo del de la capilla parda, no se les ocurrió ni una palabra que decirle.

Pero, dígame, ¿cómo ocurrió la catástrofe? pregunté al patrón, quien con la cabeza apoyada en las manos, miraba la lumbre con aire pensativo. ¿Que cómo ocurrió la catástrofe? respondiome el bueno de Lionetti, suspirando con amargura. ¡Ah! señor, nadie del mundo pudiera decirlo.

Padre mío, continuó dirigiéndose al barón, que acababa de entrar; estoy altamente obligada á este caballero, á quien encontré esta mañana en el bosque de Munster y que me prestó un valioso servicio. Ocurrió el hecho á dos leguas justas al norte del camino de Munster y por consiguiente en una propiedad donde vos me habíais prohibido poner los pies.

Así fue que guardó el secreto de la carta durante años y años, y tuvo siempre encomendado a un amigo de Madrid que le notificase la muerte de la Condesa. Ya hacía más de dos semanas que D. Acisclo había recibido noticia de dicha muerte, y estaba aguardando el término de los dos meses o la venida de don Gregorio. Esta, como hemos visto, ocurrió mucho antes de que dicho término se cumpliera.

Pues está arriba en su cuarto y en cama, con una bala en el brazo. ¡Qué me dice usted! Lo que oye. Después de comer se le ocurrió ir a dar un paseo por el bosque, y a lo mejor divisó entre los árboles a tres hombres, uno de los cuales le apuntó con un fusil.

Apartóse de con esto y huyó a encerrarse en su cuarto, mientras volvía yo al de mi tío seriamente preocupado y sin saber qué pensar de aquellas cosas tan raras. Nada ocurrió, por fortuna, que hiciera necesaria la presencia de la infeliz mujer en ninguna parte de la casa aquella noche.

Un día subí a un cuarto segundo, que me había recomendado no quién. La tal recomendación fue una broma estúpida. Pues señor, llamo, entro, y me salen tres o cuatro tarascas... ¡Ay, Dios mío, eran mujeres de mala vida!... Yo, que veo aquello... lo primero que me ocurrió fue echar a correr. 'Pero no me dije , no me voy.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando