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Actualizado: 9 de junio de 2025


He hecho algunos viages, y he visto otros mortales muy inferiores á nosotros, y otros que nos son muy superiores; mas ningunos he visto que no tengan mas deseos que verdaderas necesidades, y mas necesidades que satisfacciones. Acaso llegaré un dia á un pais donde nada haga falta, pero hasta ahora no he podido saber del tal pais.

Ya comprenderá usted que no me dieron este asilo sin motivo, y que mi madre se complacía pensando que yo crecería bajo los ojos de un padre atento, a todas mis necesidades.

No es miseria ni avaricia decía Celinda á su esposo cuando le hablaba de Robledo, al que había estudiado con su fina observación de mujer ; es simplemente olvido y falta de necesidades. Los dos ingenieros salieron de su abstracción al oir de nuevo la voz de la joven.

Es una necedad, una... lucubración contraria a los grandes principios. ¿Tienes satisfechas tus necesidades? . ¿Tienes hambre? No. ¿Estás vestido? . Pues eres tan rico como el duque A o el conde B, o quizá más».

Confesaré con V. que en estos inconvenientes hay mucho de irremediable, pero reconozcamos estas tristes necesidades, y dejémonos de ponderar una igualdad imposible.

¡Pues ya lo creo! dijo con el entusiasmo de un poeta el padre Ambrosio; mi vida era triste, llena de sufrimientos, llena de recuerdos, combatida por pasiones que había exacerbado la desgracia, y... si hace diez años, no hubiera encontrado a mi paso a esa niña que se arrastraba sobre sus manecitas en los corredores de la casa de vecindad donde me había llevado a vivir mi pobreza... Yo lo había perdido todo; parientes, amigos, afectos, hasta la paz de mi celda, de la cual me arrojaron las necesidades de la nación... la planta marchita y enferma que vegeta sobre un terreno ingrato, siente con delicia, y parece reanimarse al soplo de las auras de la mañana.

¡Pero, animal!... animal querido, quiero decir... ¡permíteme que te maltrate un poco, como en los tiempos en que compartía contigo mi mesa y mi lecho! no son ya cincuenta francos los que pienso darte, sino mil, dos mil, tres mil... ¡diez mil! mi fortuna entera deseo compartirla contigo... a prorrateo, naturalmente, de nuestras necesidades respectivas. ¡Es preciso que vivas! ¡es menester que seas feliz!

Es el único recurso que encuentra para desahogar su imaginación. Además, hay que tener en cuenta sus aficiones al lujo, que no están casi nunca de acuerdo con sus recursos, y todas las necesidades de la mujer actual que no conocieron sus abuelas... Mira; fíjate.

Esta representacion debia ser simultánea, é independiente de las combinaciones intelectuales; pues que sin esto no era posible el ejercicio de las facultades animales, con la prontitud y perseverancia que exige la satisfaccion de las necesidades de la vida.

Se detuvo un instante, para añadir con gravedad, mirando á Robledo: Usted parece que da poca importancia á la riqueza, y si la busca es por satisfacer su deseo de acción, por dar empleo á sus energías. Pero no sabe lo que es ni lo que representa. Un hombre de su temple tiene pocas necesidades. Para conocer lo que vale el dinero y lo que puede dar de , se necesita vivir al lado de una mujer.

Palabra del Dia

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