Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de junio de 2025
FELIC. Sin esto, advierte, señor, Que debe de haber un hora Que están llamando a la puerta Su viejo padre y su esposo, Y que es justo y aun forzoso Que la hallen los dos abierta; Porque, si no entran aquí, Dirán que tienes a Elvira. D. TELL. Todos me mueven a ira. Elvira, escóndete ahí, Y entren esos dos villanos. ELVIRA. ¡Gracias a Dios que me dejas Descansar!
Entre aplausos y risas bailó con Amparito, mientras su hijo los contemplaba enternecido, renegando tal vez en su interior de su condición de poeta soñoliento y enemigo de superfluidades, que no le permitía aprender cómo se mueven las zancas en el vals, ¡El mismo demonio era el señor Cuadros, a pesar de sus años y del enorme bigote!
Los seres modernos que nos hemos vuelto, las personalidades perfectamente vivientes que se mueven en nosotras, no pueden ir con entusiasmo al matrimonio tal como le comprenden las costumbres provincianas estrechas y desconfiadas, malévolas, celosas y tiránicas.
Si la tragedia española se diferencia por esta mezcla de cómico, que interviene en su esencia y en su forma externa, de la antigua, las comedias propiamente dichas, que más se asemejan á las que llevaban este título en el paganismo y en el lenguage moderno, tanto por su especial organismo, como por la esfera en que se mueven, en nada se parecen á las griegas y romanas, y á las de casi todos los pueblos modernos.
Y esos sabinos parece que están petrificados... Se los tomaría por ídolos de piedra. ¡Si al menos tocasen algo con sus trompetas! ¡Mirad, se mueven! MARCIO. ¡Señores romanos!
Se llegan al presbiterio, se mueven vagarosos alrededor de la sepultura, tantean, se encorvan, y en silencio, con una rodilla en tierra, en un tácito acuerdo, comienzan a levantar la losa. Se les oye jadear. Cuando aparece el hueco negro, pestilente, húmedo, el viejo linajudo se inclina sobre él, y solloza con un sollozo sofocado y terrible de león viejo.
Sobre tal contraste, que da lugar a escenas emocionantes y en que se mueven personajes intensamente humanos, se funda el argumento de esta novela, acerca de la cual no diremos nada más para no malograr la conmoción honda y sincera que ella produce en el ánimo del lector.
Las Maritornes abundan y son las mismas; Sancho asoma la cara por todas partes, siempre conservador, malicioso, bonachon y reacio al movimiento; los molinos de viento se mueven con la misma regularidad que en la época en que el ilustre Manchego lo apostrofaba y alanceaba sin piedad; los mulos y los asnos, los aparejos, las capas, las mantas, los muebles, cuanto es visible allí, mantiene con fidelidad las tradiciones reveladas por el inmortal prisionero de Argamasilla.
Sus labios se mueven gritó Florentina. Habla. Sí, los labios de la Nela se movieron. Había articulado una, dos, tres palabras. ¿Qué ha dicho? ¿Qué ha dicho? Ninguno de los dos pudo comprenderlo. Era sin duda el idioma con que se entienden los que viven la vida infinita. Después sus labios no se movieron más. Estaban entreabiertos y se veía la fila de blancos dientecillos.
Se diría que apenas hay ser vivo que no se embriague con el zumo de mágicas hierbas o con el perfume de extrañas flores, las cuales mueven al amor, al deleite y al regocijo, induciendo a la vida para que se acreciente y se difunda y abra nuevos caminos de ser.
Palabra del Dia
Otros Mirando