Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 29 de junio de 2025


En él de día y de noche a sus gustos se dedica, y aun harto se mortifica en no dormir en el coche.» Y Calderón, en la jorn. Cayó en gracia esta frase, y los poetas la llevaron y la trajeron, como a la Inés de Yo te lo diré después, y como un siglo antes habían llevado y traído a la bella malmaridada.

786 Allá pasamos los dos noches terribles de invierno: el maldecía al padre Eterno como a los Santos benditos, pidiendolé al diablo a gritos que lo llevara al infierno. 787 Debe ser grande la culpa que a tal punto mortifica; cuando vía una reliquia se ponía como azogado, como si a un endemoniado le echaran agua bendita.

¡Cuando los hombres no son torpes! explicáos mejor; ¿me tenéis por torpe, Dorotea? Por torpísimo; y como yo soy orgullosa, sumamente orgullosa, me mortifica que mi poderoso amante sea burlado. ¡Burlado! Como que no sabéis dónde estáis de pie. ¡Vos también! ¡vos también os habéis convertido en esa voz que por todas partes me avisa! ¡... por cierto: yo os aviso con más interés que nadie!

Para no hay dicha comparable a la que disfruto al verte, y así y todo preferiría privarme de ella a tener que contemplarte ante personas extrañas, frías e indiferentes que obligan al disimulo. No acierto a expresarte lo que en este momento me mortifica semejante tiranía. Magdalena se levantó y dijo sonriente: Amaury, ¿quieres ayudarme a buscar en el jardín algunas flores?

El hombre enteramente salvage, dueño absoluto de todas sus acciones, con dificultad llega á penetrarse de los deberes que una sociedad en su infancia debe imponerse á misma, si desea entrar en la senda del progreso; por eso se impacienta y mortifica cuando pesa sobre él la mas leve contribucion.

¡Ah! señor Máximo exclamó llorando si supiera usted lo que me mortifica... pues bien, me pagará después mi comida, si quiere, me pondrá el dinero en la mano, cuando lo tenga... pero puede usted estar seguro, que aun cuando me diese cien mil francos, no me proporcionaría usted tanto placer, como si lo viera aceptar mi pobre comida. Me haría usted una soberbia limosna.

Y también recordaba lo de: «Algunas veces parecerá que Dios te deja, otras veces serás mortificado por el prójimo; y lo que es más, muchas veces te serás molesto a ti mismo». «, el prójimo me mortifica, y yo mismo me molesto, me hago daño hasta sangrar el alma.... No lo que debo hacer, ni lo que debo pensar siquiera.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando