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Actualizado: 28 de septiembre de 2025
Estos cuatro puntos son unos morones aislados; el primero, que es el cerro del Cármen, está situado como doce ó quince leguas al sudeste de la mision de su nombre, y entre los rios Blanco y de San-Miguel; el segundo, colocado sobre la ribera derecha del rio Machupo, y vecino á la mision que lo denomina, es el cerro de San-Ramon; el tercero es un pequeño morro situado mas abajo de Exaltacion, sobra la orilla derecha del Mamoré: finalmente, el cuarto, que es el cerro de San-Simon, se descubre al este de Magdalena; su reputacion de muy rico me parece dudosa, como debe serlo la de todo lugar inaccesible; se asegura, sin embargo, que está lleno de minas de oro y de diamantes.
Por haber visto en algunas cartas marcada una bahia al sur del morro de Santa Inés, fueron en su demanda para dar fondo esta noche, y registrar la tierra: pero hallaron que no hay tal bahia, antes bien es toda la costa seguida, y corre al sud-oeste, y un cuarto al sur.
Era un viejo leproso, casi completamente idiota, atacado por no sé qué enfermedad escorbútica que convertía sus labios en un gran morro, que no podía mirarse sin repugnancia. Costó gran trabajo hacerle entender de qué se trataba.
Cobo se hizo afectadamente el distraído. ¿Os ha pasado ya la berrenchina? siguió la viuda dirigiéndose a sus hijos . ¿Cuánto durarán las paces?... ¡Jesús, qué criaturas tan picoteras!... Mirad, yo no voy a vuestra casa porque cuando os encuentro con morro me apetece tomar la escoba y romperla en las costillas de los dos.... Los tertulios se volvieron hacia los jóvenes esposos sonriendo.
Jadeante y sudoroso, volvió a su cuarto, desnudóse apresuradamente y se metió en la cama. ¡Morro, ma vindicato Si, doppo lei morro!
Y sonrieron los dos viendo ascender por los peldaños algunos pies de masculina dimensión, a pesar de que asomaban bajo una corola de faldas recogidas. Tras ellos subían enormes zapatos de hombre, embetunados y de fuerte morro, que dejaban en la alfombra una huella de pesadez.
Un petimetre, don Aquilino de Leuro, era el quebradero de cabeza de la sobrina; y ya fuese que éste se exasperara de andar siempre al morro por un quítame allá esas pajas, o bien que su amor hubiese llegado a extremo de atropellar por todo respeto, dando al diablo el hato y el garabato, ello es que una noche sucedió... lo que tenía que suceder.
Esto es; prontito, a casa del señor Portas, que lo que es elocuencia para convencerle y lágrimas para ablandarle, no le habían de faltar. ¡Caramba! no haberlo pensado antes... Día de fiesta era, y don Pablo Aquiles, que estaba de morro y no quiso almorzar, se fué a dar su paseo; la campanada de las diez y media sonó en el reloj del comedor, y la señora se cubría ya con el velo y el mantón, cuando el llamador de la puerta de calle se hizo oír con grave redoble.
Figúrate que en la Habana veía, desde el castillo de Atarés, las señales del vigía del Morro, distinguiendo perfectamente los colores de las banderas. Pues desde ayer noto no sé qué. Algunos objetos se me oscurecen completamente, y cuando me da el sol, me pican los ojos... Desde mañana pienso usar gafas verdes. Estaré bonito. En cuanto al oído, ya te habrás enterado.
¡Alto ahí, canalla, o te rompo el morro! exclamó Diógenes poniendo su formidable puño en las narices mismas de Jacobo . ¿Qué es lo que buscas tú? ¿Dinero?... Pues ahí tienes a la de Albornoz; una... pelona como tú, que te dará lo que quieras... ¿Qué más te da, llamarte Jacobo que monsieur Alphonse?...
Palabra del Dia
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