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Actualizado: 24 de octubre de 2025
Estos hombres, estos árboles, así como los caballos en que iban montados algunos de aquellos, hacían recordar las personas y los paisajes cuando se examinan con unos gemelos puestos al revés, ó sea colocando los ojos en las lentes gruesas, para ver la realidad á través de las lentes pequeñas.
Entre este palacio y la muralla de mar, en un profundo foso lleno de hierba, por cuyos muros trepaban guirnaldas de rosales, amontonábanse numerosos cañones: unos antiquísimos, montados sobre ruedas; otros modernos, esparcidos por el suelo, esperando, durante años, el momento de ser emplazados.
En Turin existen muchas librerías que surte en su mayor parte el comercio de Paris: encuéntranse muchos y buenos libros: los gabinetes de lectura y las bibliotecas, así como los demas establecimientos literarios de Turin, están bien montados y comprendidos. En materia de hoteles y cafés hay abundancia, en especial de los últimos, que por todas partes se encuentran.
Mulitas valerosas, trepando la cuesta empinada con su pasito menudo pero incansable, nos hicieron el viaje delicioso. Marchar por la montaña en las primeras horas de la mañana, sanos de cuerpo y espíritu, bien montados y en medio de los cuadros de una naturaleza que va cambiando lentamente sus perspectivas, es una sensación de las más gratas que conozco.
La colección de trece, artísticamente sombreados, coloreados y montados en cartón. Precio, $14.00. Por OLIVERIO GOLDSMITH. VERSIÓN castellana hecha con sumo esmero y la única completa en nuestra lengua, de esta famosísima obra, considerada universalmente como CLÁSICA. Un tomo de unas 300 páginas, bien impreso, con preciosos grabados y encuadernado artísticamente. Edición económica 50 centavos.
Pero los tres galanos escuderos que le seguían bien montados llevaban, además de sus propias armas, Froilán el yelmo con celada de su señor, Gualtero la robusta lanza y Roger el escudo blasonado. Junto al barón trotaba el blanco palafrén de su esposa, pues ésta deseaba acompañarle hasta la entrada del bosque.
Enormes cajones de madera gris montados sobre ruedas y con dos puertas levadizas alineábanse a docenas, aguardando la buena época de las expediciones, o sea las corridas del verano. Estos cajones habían viajado por toda la Península llevando en su interior un toro bravo hasta una plaza lejana y volviendo de vacío, para alojar en sus entrañas otro y otro.
¡Ya se encargará el castigo de probarnos que no era bueno desobedecer los mandatos del Gobierno! Excuso decir que hasta sin despedirnos del dueño de casa abandonamos el viejo rancho bamboleante, rodeados por la partida y montados de dos en dos en mancarrones inservibles a cuyas piernas hubiese sido una locura confiarles una esperanza de salvación.
Le atrajeron desde el primer momento los callejones de los barrios turcos; sus casas blancas; sus balcones salientes cubiertos de celosías, que son como jaulas pintadas de rojo; las mezquitas, con patios de cipreses y fontanas de melancólico chorreo; las tumbas de los santones en kioscos que cortan las calles bajo el reflejo mortecino de una lámpara; las mujeres veladas por sus negros firadjes; los viejos que transcurren silenciosos y pensativos bajo su gorro de escarlata, siguiendo los bamboleos del asno en que van montados.
Con el auxilio de Simón, nombrado sargento instructor, Reno y otros veteranos, eligió cuidadosamente sus hombres y á mediados de Noviembre tenía ya completa una fuerza escogida, cien de los mejores arqueros de Hanson y cincuenta hombres de armas bien montados.
Palabra del Dia
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