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Actualizado: 13 de julio de 2025


Merchán en que en Cuba la corrupción administrativa es deplorable: es un mal que requiere pronto y enérgico remedio. ¿Pero le hallará la rebelión, si triunfa y establece en Cuba una República independiente? Lo dudo, y no digo rotundamente lo niego, porque no me precio de profeta, porque mi optimismo no tiene limites y porque no he perdido la fe en lo sobrenatural y milagroso.

I, a instancias del milagroso San Raimundo de Peñafort: así podemos decir que habiendo tenido en España su oriente llegó en ella a lograr de lleno el mediodía de su autoridad, y su gloria, desde que a ruegos de los Serenísimos Reyes Católicos Don Fernando y Doña Isabel, El Sumo Pontífice Sixto IV el año 1483, unió en una cabeza suprema toda la autoridad, que estaba repartida en los Inquisidores particulares de estos Reinos: Formando de todos una como monarquía espiritual de la Fe, en un tribunal tan supremo, que es solo inferior al que de todo el Orbe Cristiano es soberana cabeza.

Creía ahora fervorosamente en la ciencia del profesor, y al verlo predispuesto al juego y reflexionando sobre sus misterios, esperaba de él, con la simplicidad del creyente, algo milagroso, un descubrimiento genial que los enriqueciese á los dos. Por esto el pianista se levantaba antes que de costumbre, para sorprender al catedrático durante sus ocupaciones de limpieza personal.

Aunque como enojado, denegrido Se mostraba en el rostro, que la saña Asi turba el color como el sentido. Airado contra aquellos mas se ensaña Que nadan mas, y saleles al paso, Juzgando á gloria tan cobarde hazaña. En esto, ó nuevo y milagroso caso, Dino de que se cuente poco á poco, Y con los versos de Torcato Taso.

No he visto repuso Stein sino la capilla del Señor del Socorro. Yo no salgo del convento dijo el hermano Gabriel sino para ir todos los viernes a esa capilla, a pedir al Señor una buena muerte. ¿Y ha reparado usted, don Federico continuó la tía María , en los milagros? ¡Ah, don Federico! No hay un Señor más milagroso en el mundo entero. En aquel Calvario empieza la via crucis.

Yo creo que, no bien salga de este lugar, donde Vd. mismo me envía a pasar algún tiempo con mi padre, y no bien me vea elevado a la dignidad del sacerdocio, y aunque ignorante y pecador como soy, me sienta revestido por don sobrenatural y gratuito, merced a la soberana bondad del Altísimo, de la facultad de perdonar los pecados y de la misión de enseñar a las gentes, y reciba el perpetuo y milagroso favor de traer a mis manos impuras al mismo Dios humanado, dejaré a España y me iré a tierras distantes a predicar el Evangelio.

Y sin embargo... ¡quién sabe!, la riqueza no es la dicha, no lo ha sido nunca; cuando más, puede aceptarse como un medio para afirmarla... Tal vez ni aun esto era cierto. Recordaba la wagneriana leyenda del anillo del Nibelungo, el milagroso oro del Rhin, símbolo del poder mundial.

Entonces los paisanos, todos juntos, recurrieron á algunos neófitos, rogándoles con lágrimas en los ojos que si eran verdaderas las cosas que les predicaban de Cristo y de su Santísima Madre, los llamasen ahora en su ayuda en lance tan peligroso; y puestos todos de rodillas pidieron á Dios favor y misericordia, prometiendo los infieles recibir el bautismo y su santa ley. ¡Oh, caso milagroso!

Entre las numerosas imágenes que adornaban su cuarto, la viejecita reverenciaba muy en particular un san Antonio de talla, recuerdo de mi tía y muy milagroso, según fama, pues no había objeto perdido que no pareciese en cuanto le encendían una candela. El santo, obra de un artista ingenuo, habitaba en una urna de hojalata con portezuela de vidrio.

Foja, Mourelo, don Custodio, por consejo de Mesía que habló con el ex-alcalde, desistieron de contrarrestar la poderosa corriente de la opinión, favorable hasta no poder más, a don Fermín. «Más valía esperar; ya pasaría aquella racha y volvería toda Vetusta a ver al milagroso don Fermín de Pas tal como era, en toda su horrible desnudez».

Palabra del Dia

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