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Actualizado: 26 de mayo de 2025
A Rosalía se le encendieron los espíritus cuando vio los billetes. Pero se le llenaron de tinieblas cuando la condenada chica de Sánchez volvió a meter el dinero en lo profundo, y moviendo la cabeza, le dijo: «¡Ay!, no puedo, señora, no puedo...».
Es una diablura: en este pueblo todo se sabe, y después, líos, historias, lances que molestan.... Se me figura que voy a pedir que me destinen a Andalucía o a Cataluña.... Si me quedo aquí, hay una muchacha que me da, a veces, en que pensar... ¿y para qué se ha de meter uno en un atolladero? Una muchacha.... No es la de García, ¿eh?
Por consiguiente, salta el dictador, un hombre que trae una macana muy grande, y cuando empieza a funcionar la macana, todos la bendicen. O hay lógica o no hay lógica. Vino, pues, Napoleón Bonaparte, y empezó a meter en cintura a aquella gente. Y que lo hizo muy bien, y yo le aplaudo, sí señor, yo le aplaudo».
Me parece, señora, que no es lo que usted busca... digo, me parece; no es que yo me quiera meter... Ahora se estilan rayaditas: de eso no tengo. Espero una remesa para el mes que entra. Ayer vi a las niñas con el Sr. D. Cándido.
Aparte del farol de popa no había más luz en la nave que la del timonel puesta en la forma que el curioso Salazar apunta. «La luz y la aguja de esta ciudad se encierra de noche en la bitácora, que es una caja semejante á estas en que se suelen meter y encubrir los servicios de respeto que están en recámaras de señoras.»
No tuvo más remedio que acceder: púsose en pie, y cruzando las piernas y sujetando entre ellas el periódico, comenzó a meter botones en los ojales.
34 Y unos daban voces de una manera, y otros de otra manera en la multitud; y como no podía entender nada de cierto a causa del alboroto, mandó llevarle a la fortaleza. 35 Al llegar a las gradas, aconteció que fue llevado a cuestas de los soldados a causa de la violencia del pueblo; 37 Cuando comenzaron a meter a Pablo en la fortaleza, dice al tribuno: ¿Me será lícito hablarte algo?
Miren dónde se ha ido a meter. Tú tienes la culpa de que Lili haya bajado.... ¡Qué cosas le enseñas al animalito! Por tu causa es tan mal criado y tan antojadizo. Esa muchacha es de la piel de Barrabás dijo D. Carlos a su hermano . Mira dónde se ha ido a poner.
Sí, sí; ya lo sospechaba; hemos venido a paso de carga. ¿Dónde hay que meter la pólvora? Allá en el cobertizo, detrás de la granja. ¿Eh? ¿Es usted, Catalina? Sí, Juan Claudio; ¡qué frío hace esta mañana! Usted es siempre la misma; nunca le teme a nada. Si no fuese curiosa, ¿no dejaría de ser mujer?; tengo que meter las narices en todo.
«Esta gran fortuna, continuó nuestro hermano Jerónimo, está encerrada en un cofre que está guardado en aquel armario que no se ha abierto hace veinticuatro años . ¿Pero qué contiene ese cofre? pregunté á Jerónimo . No lo sé, contestó; sólo sé que pesa mucho, y que cuando me le entregaron vi meter en él, como si se hubiesen olvidado, algunos papeles: aquellos papeles parecían como escrituras.»
Palabra del Dia
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