Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de junio de 2025


Hacedme la merced de meter eso otra vez en ese cofre, de cerrarlo y de llevároslo. ¿Y si me lo roban, señor? ¡Eh! ¡Si os lo roban, qué importa! ¡Adiós! Pero... Adiós, ya os veré. Y don Juan salió.

Para compensar la humildad de su papel con nuevos esplendores, habían acabado por meter sus tijeras pecadoras en tapices enteros, cortándose varias dalmáticas de modo que les cayese sobre el pecho una cabeza de héroe ó de diosa. Ulises, al quedar sin compañeros, encontró un nuevo encanto á la vida en el desván.

El sol descendía rápidamente hacia el ocaso. Sobre sus cabezas cantaba el ruiseñor. Cuando hubieron dado buena cuenta de la tortilla y el queso, D. Prisco bebió un número prodigioso de vasos de agua. Era su manía y su vicio. El capitán sólo algunos sorbos de vino. Entonces D. Prisco volvió á meter la mano en las profundidades del balandrán y sacó la baraja. ¿Una brisquita?

Consistía esto en que tenía delante de un sobrino á quien no conocía, y del cual en toda su vida sólo había tenido dos noticias dadas de una manera tal que bastaba para meter en confusiones á otro menos receloso que el cocinero del rey.

Quería entrar a viva fuerza en casa de Quiñones y llevarse a su hija; quería retorcer el cuello a aquella vil mujer; quería decírselo todo a D. Pedro; quería dar parte al juez y meter en un calabozo a la infame. Afortunadamente sus accesos eran tan violentos como cortos. Vino el abatimiento, el llanto.

¿Sabe usted si es aquí cerca? preguntó Clara. ¿No hay otra taberna en esta calle? No, que yo sepa. Clara volvió á creer que no había Dios. ¿Qué estás diciendo ahí, enreaora? exclamó el hombre. Siempre te has de meter en lo que no te toca. , señora. Hay otra tienda de vinos de un tal Pascual ... , señora: ahí en el número 14.

Núñez supo excitar la risa a su costa de tal manera unas veces, otras meter el bisturí tan adentro en las carnes de los desgraciados ausentes, que aparecían sus pobres entrañas palpitantes a la vista de los regocijados comensales. Clara estaba horrorizada de aquella murmuración insolente, de tanta hiel y tanta injuria.

Guillermina iba a contestar algo a esto; pero el otro no la dejaba meter baza. «Aguárdese usted un poquito, que falta la segunda parte. Pensaba yo cómo realizaría aquel acto de justicia, cuando la casualidad, mejor será decir la Providencia, me deparó una solución mejor y más cristiana que la muerte. Esta pobre mujer no necesitaba de mi justicia.

Pero oye, amigo ¿tan vacía está tu bolsa? Porque en tal caso, mientras entramos en el primer campo, castillo ó villa de Francia, aquí llevo yo mi vieja escarcela de cuero al cinto y no tienes más que meter en ella la mano. Ya sabes que entre hermanos de armas no hay tuyo ni mío. No, amigo; aquí ni dinero se necesita.

Lo peor es que te va a quitar el apetito para la hora de comer. Retembló la estancia con la risotada del gañán. ¡Eso ! ¡A cualquier cosa me quita la gana! Vas a tener que meterme un hierro caliente en el agua como a la señora. Por la panza te lo había de meter, gran puerco.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando