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Actualizado: 27 de junio de 2025


Era una sombra de las grandes huestes Que de Mendoza al Ecuador partieron, Y que del grande San Martin siguieron Por entre abismos la pisada audaz; Era un guardian de la ignorada tumba De los caidos sin legar su nombre, Que esperaba á los héroes de renombre Para dar á otro mundo la señal.

A Mendoza en estos casos no se le oía el metal de la voz; por manera que desde la sala, parecía que el general hablaba solo. Pero esto, como ya hemos dicho, sucedía muy pocas veces: ordinariamente el director iba a tomar órdenes a casa de aquél dos a tres veces cada día.

En lo cómico, al contrario, sobresale Mendoza con extremo: en El galán sin dama y Cada loco con su tema, nos ofrece caracteres ridículos, con verdad extraordinaria, llenos de vida y dotados de individualidad propia, como únicamente puede crearlo el espíritu de observación perspicaz y discreto.

Florea es un hombre metódico, reposado, silencioso, observador, profundo: es un hombre de estudio, un hombre de letras, como si dijéramos un sábio antiguo; pero con la ciencia de los modernos. Javier de Mendoza habla con soltura, con elegancia, con pasion.

V. las Obras líricas y cómicas de D. Antonio Hurtado de Mendoza: Madrid, 1728, págs. 145 y siguientes. Así lo prueban claramente los ejemplos siguientes: «Nace amor como planta En el corazón; El cariño la riega, La seca el rigor. Y si se arraiga, Se arranca al apartarle Parte del alma.

Esta historia de las jugarretas famosas del Retamo, en que hubo noche que 130.000 pesos estaban sobre la carpeta, es la historia de toda la vida de Quiroga. «Mucho se juega, general le decía un vecino en su última expedición a Tucumán. ¡Eh!, ¡esto es una miseria! ¡En Mendoza y San Juan podía uno divertirse! ¡Allá que corría dinero!

El general era un hombre de genio vivo y enérgico, hablador sempiterno, narrador de cuentos verdes, con mucha afición a la política y poca o ninguna al arte militar. Al principio no le cayó en gracia Mendoza: su carácter grave y silencioso le causaba tedio: ¿Sabe V., Riverita, que ese amigo de usted es lo mismo que un roble? le dijo pocos días después de habérselo presentado.

Si no fuese por ti, no sale adelante nunca de algunas asignaturasNuestro héroe pensaba mal del cura por esta antipatía, achacándola a lo que ya hemos dicho, porque si bien Mendoza no era un águila, ni había de sobresalir jamás en los estudios especulativos, tampoco le parecía un asno; discurría bastante acertadamente en ocasiones, era amigo de cumplir con su deber, y tenía un carácter, aunque grave, muy apacible y simpático.

Primeramente hay que colocar la bandera argentina, más alta que todas. Luego, á su derecha, la de España. ¡Que nadie me lo discuta! En esta tierra, después de los argentinos, somos nosotros. Ya sabe usted... Isabel la Católica... Solís... don Pedro de Mendoza... don Juan de Garay...

Me dice que es necesario rehacer la fortuna; que hemos de volver a ser tan ricos como antes. Hijita, casi nos fundimos del todo. Cuando la especulación, se metió a comprar cosas. En la Pampa, en Mendoza, en Río Negro, en las provincias, en todas partes compraba leguas y leguas con dinero de los Bancos. Y no quería vender nada. Todo iba a valer tanto y cuanto; todo iba a subir a las nubes.

Palabra del Dia

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