Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de octubre de 2025
Caminando, caminando, llegaron a un pinar muy espeso que cubría todo un monte, y oyeron un ruido grande, como de un hacha, y de árboles que caían allá en lo más alto. Yo quisiera saber por qué andan allá arriba cortando leña dijo Meñique. Todo lo quiere saber el que no sabe nada dijo Pablo, medio gruñendo.
Díganme, hermanos, si no hice bien en querer saberlo todo, y ver de dónde venía el agua. Fortuna no más, fortuna dijo Pablo. La fortuna es ciega, y favorece a los necios. Hermanito dijo Pedro, con orejas o desorejado creo que está muy bien lo que has hecho, y quisiera que llegara aquí papá para que te viese. Y Meñique se llevó a dormir a camas buenas a sus dos hermanos, a Pedro y a Pablo.
Sí, señor dijo Bermúdez sacudiendo con el dedo meñique en un cenicero de porcelana que había sobre la mesa escritorio, la ceniza de su medio cigarro: para que nada falte en este malhadado asunto, hasta hay de por medio su rasgo de novela; ese toque romántico del salvamento de la protagonista.
¡Inutilón! dijo Pablo, y se fue al tronco, hacha en mano, y le cortó de un golpe una gran raíz. Pero salieron dos raíces enormes en vez de una. Y el rey furioso mandó que le cortaran las orejas a aquel que no quiso aprender en la cabeza de su hermano. Pero a Meñique no se le achicó el corazón, y se le echó al roble encima.
Mordiendo la uña del dedo meñique con encarnizamiento, protestaba de esta ida a la estancia en pleno invierno; que no contaran con ella, porque ni a soga habían de llevarla: la temporada de ópera en lo mejor, tres bailes anunciados... ¡la muerte antes que la estancia! Bien mondado el meñique, pasó al anular, insistiendo en su pregunta.
En el palacio estaban de gran fiesta, sin acordarse de Meñique, ni de que le debían el agua y la luz; cuando de repente oyeron un gran ruido, que hizo bailar las paredes, como si una mano portentosa sacudiese el mundo. Era el gigante, que no cabía por el portón, y lo había echado abajo de un puntapié.
Pero ya mi mujer se cansó del pescado, y quiere ahora sopa y un trozo de tocino. Pues tendrá lo que quiere tu mujer respondió el camarón. Al sentarte esta noche a la mesa, dale tres golpes con el dedo meñique, y di a cada golpe: «¡Sopa, aparece: aparece, tocino!»Y verás que aparecen. Pero ten cuidado, leñador, que si tu mujer empieza a pedir, no va a acabar nunca.
Este galante discurso, que fue publicado al otro día en el diario de la corte, dejó pasmado al rey, que no halló excusa que dar para que no se casara Meñique con su hija. Hija le dijo en voz baja, sacrifícate por la palabra de tu padre el rey. Hija de rey o hija de campesino respondió ella, la mujer debe casarse con quien sea de su gusto. Déjame, padre, defenderme en esto que me interesa.
/P Iba un niño travieso Cazando mariposas; Las cazaba el bribón, les daba un beso, Y después las soltaba entre las rosas. Por tierra, en un estero, Estaba un sicomoro; Le da un rayo de sol, y del madero Muerto, sale volando un ave de oro. Meñique Cuento de magia, donde se relata la historia del sabichoso Meñique, y se ve que el saber vale más que la fuerza.
En aras de su amor a doña Agustina y de su renaciente fe, se cortó aquella uña maldita del dedo meñique, vara de virtudes de Satanás, y no volvió a electrizar, ni a magnetizar, ni a encender candiles, ni a tirar cañonazos con ella. Se cortó la uña como se cortan los toreros la coleta cuando dejan de torear y se retiran a la vida privada.
Palabra del Dia
Otros Mirando