Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de octubre de 2025
Mandó el rey a buscar a Pedro y a Pablo, porque ellos no más le podían decir quiénes eran los padres de Meñique, y si era Meñique persona de buen carácter y de modales finos, como quieren los suegros que sean sus yernos, porque la vida sin cortesía es más amarga que la cuasia y que la retama.
Y esto diciendo, con dos tejoletes que movía entre el meñique y pulgar de la siniestra, y un tris con tras que sacaba de los palos de las muletas, formaba una como manera de compás, que el can bailador se esforzaba por coger con sus patillas traseras lo más galanamente posible.
¡Viva mi amo y señor, el duque Meñique! gritó el gigante, con una voz que puso azules de miedo a los cortesanos, quebró el estuco del techo, e hizo saltar los vidrios de las seis ventanas.
Mi padre tiene tantas tierras que una ternerita de dos meses que entra por una punta es ya vaca lechera cuando sale por la otra. Eso no me asombra dijo la princesa. En tu corral no hay un toro tan grande como el de mi corral. Dos hombres sentados en los cuernos no pueden tocarse con un aguijón de veinte pies cada uno. Eso es una bicoca dijo Meñique.
Meñique levantó la cabeza y vio los dos cubos, que eran como dos tanques, de diez pies de alto, y seis pies de un borde a otro. Más fácil le era a Meñique ahogarse en aquellos cubos que cargarlos. ¡Hola! dijo el gigante, abriendo la boca terrible; a la primera ya estás vencido. Haz lo que yo hago, amigo, y cárgame el agua. ¿Y para qué la he de cargar? dijo Meñique.
Por los dedos pueden contarse los vates indígenas en nuestro romance durante los tres siglos y pico de dominación hispánica. W.E. Retana nota tres hasta 1896: Atayde, Paterno y Rizal. Hasta 1898, año límite de nuestro señorío, fué meñique la falange versificadora, ¿Motivos?
Y aquí de rodillas, y allá medio a rastras, subió la roca Meñique, oyendo como se reían a carcajadas Pedro y Pablo. ¿Y qué encontró Meñique allá en la roca? Pues un pico encantado, que picaba solo, y estaba abriendo la roca como si fuese mantequilla. Buenos días, señor pico dijo Meñique: ¿no está cansado de picar tan solito en esa roca vieja?
Pero esta voluntad de perpetuarse que se manifiesta en toda la especie, esta fuerza soberana que empuja a un individuo hacia otro de sexo diferente, crea usted, padre, que es insuperable... ¡Qué brazo tan bien torneado! ¡Qué espaldas de alabastro! ¡Qué modo tan fascinador de quitarse los guantes y agitar su dedo meñique, que tenía lindísimo!
A la mesa, que ya está la comida dijo el gigante; y a ver si haces lo que hago yo, que me voy a comer todo este buey, y te voy a comer a ti de postres. Está bien, amigo dijo Meñique. Pero antes de sentarse se metió debajo de la chaqueta la boca de su gran saco de cuero, que le llegaba del pescuezo a los pies.
Yo he visto lo que quería ver, y sé lo que quería saber se dijo Meñique a sí mismo. Y siguió su camino, frotándose las manos. Por fin llegaron al palacio del rey.
Palabra del Dia
Otros Mirando