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Actualizado: 14 de junio de 2025
Para mayor claridad de lo que me resta por referir de las apostólicas Misiones de este fervorosísimo operario, es preciso interrumpir el hilo de la historia para dar una breve noticia del país y cualidades de los Manacicas, y después de su religión, ritos y ceremonias.
Eran éstos los Paunapas, Unapes y Carababas, pueblos sobremanera salvajes, de poco ánimo y cobardes; todos, hombres y mujeres, andan bárbaramente desnudos, y aunque de distintas lenguas y costumbres que los Manacicas, tienen la misma religión de adorar al demonio en la forma que se les manifiesta.
Pasa el V. P. Lucas Caballero á los Manacicas, quieren matarle los indios Sibacás y el cielo toma por él venganza I 242 Peligro que corre el P. Lucas Caballero en su misión á los Quiriquicas II 21 Peligro que corren los Misioneros en las tierras de los Chiriguanás I 219 Peligros en las Misiones de los indios Chiriguanás II 242
Conversión de los Morotocos y Quíes, y descubrimiento de nuevo camino para estas Misiones por el río Paraguay II 89 Conversión milagrosa de un hechicero en la Reducción de San Joseph I 148 Conversión de los indios Chanés á la fe de Jesucristo I 32 Conversión de los Manacicas I 254 Correrías de los indios Chiquitos en busca de infieles que convertir á la santa fe II 196
Aquí dieron algunas señales de temor los Puraxís, porque el enemigo infernal, para desbaratar los disignios del Misionero, había persuadido á los Manacicas pusiesen escondidas en la tierra gran número de puntas de madera durísima; y descubriéndolas los Puraxís, le suplicaron al Padre diese la vuelta, porque si no era evidente el riesgo de quedar muchos heridos é inhábiles para caminar; y cayeron tanto de ánimo, que sólo Dios pudo infundirles valor para pasar adelante.
Finalmente, el cacique que le miraba como á padre amoroso y le reverenciaba como á Santo por la extremada piedad con que sentía todos sus males, le dijo por último para apartarle de su santo propósito: «Padre, si te acometieran los Manacicas, ¿con qué te defenderás tú sólo?»
Advertido esto muchas veces por el P. Lucas, y coligiendo lo que sería toda la nación, por lo que veía en aquel sólo, determinó emprender su conversión. Pasa el venerable P. Lucas á los Manacicas, quieren matarle los indios Sibacás y el cielo toma por él venganza.
Muerte del P. Alonso Arias á mano de los Mamalucos del Brasil I 189 Nacimiento, entrada en la Compañía y primeros fervores del Padre Caballero I 229 Nacimiento del río Paraguay I 195 Nación de los indios Tapacurás I 266 Naciones de los indios Manacicas I 265 Naciones de infieles en las inmediaciones del Chaco II 93 Naciones de infieles situadas en las riberas del río Paraguay I 193
Vuelve el P. Lucas Caballero á los Manacicas II 27 Vuelven á intentar los Misioneros convertir á los indios Zamucos II 245 Zamucos; indios convertidos por el P. Juan Bautista de Zea II 146<b Se imprimió por primera vez, según algunos bibliógrafos, en Amberes, por Verdussen, en 1726.
A otro día, al rayar el alba, vinieron todas las mujeres con niños en los brazos para que los bautizase; y habiendo sabido que habían venido allí los indios Curucarecás para ajustar paces con los Manacicas, los hizo llamar, y congregados al pie de la cruz extinguió todo el odio de ambas naciones con una fervorosísima plática y les hizo efectuar con juramento mutua paz y amistad; y para colmo de sus júbilos concurrieron allí también al mismo tiempo los Zoucas, Sosiacas, Iritucas y Zaacas, que la misma noche antecedente tuvieron aviso de su venida; y si se hubiese detenido aquí dos días más hubiera visto gente de otras muchas Rancherías, porque en aquel contorno, por la parte que tira al gran río Marañón, están las tierras muy pobladas; pero sus compañeros, recelando que las lluvias no cerrasen los caminos, quisieron volverse luego, con que se vió precisado el Santo Padre á retirar la mano de aquella mies que ya estaba sazonada para la siega; y despedido de aquel pueblo, que sintió mucho su partida tan imprevista, se previno para dar la vuelta, y queriendo montar á caballo le cerraron en rueda todos los Manacicas para servirle y le quisieron acompañar por largo trecho del camino, con no poca admiración del P. Lucas, que jamás había visto tal cortesía en las otras bárbaras naciones con quienes había tratado.
Palabra del Dia
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