Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 3 de julio de 2025


La inmensa pena que iba a causar anunciando la muerte del joven Malespina, gravitaba sobre mi alma con tan atroz pesadumbre, que si yo hubiera sido responsable de aquel desastre, no me habría sentido más angustiado. Llegué por fin, y entré en la casa.

Pues bien podía usted sacarnos del apuro inventando un cañón que destruyera de un disparo la escuadra inglesa. ¡Oh! contestó Malespina . En eso estoy pensando, y creo que podré realizar mi pensamiento.

Pues bien: esta hija se llamaba Rosita, de edad poco mayor que la mía, pues apenas pasaba de los quince años, y ya estaba concertado su matrimonio con un joven oficial de Artillería llamado Malespina, de una familia de Medinasidonia, lejanamente emparentada con la de mi ama.

Eran el diplomático y D. José María de Malespina, aquél por tantos títulos famoso, aunque retirado, coronel de Artillería, de quien hablé cuando lo de Trafalgar. El primero me reconoció y tuvo la bondad de dirigirme algunas bromas. Sobrina dijo el Marqués , pronto tendremos aquí las tropas de Castaños. ¿Sabes lo que ahora le decía al Sr. de Malespina?

Mi corazón concluía siempre por llenarse de bondad; yo hubiera corrido a Vejer para decirle: «Señorita Doña Rosa, vuestro D. Rafael está bueno y sano». El pobre Malespina había sido transportado al Santa Ana desde el Nepomuceno, navío apresado también, donde era tal el número de heridos, que fue preciso, según dijo, repartirlos para que no perecieran todos de abandono.

Cada cual explicaba la tardanza del vapor á su manera, suponiéndose estaría al seguro abrigo de algún puerto al cual hiciera arribada. Se siguió esperando. ¡El Malespina no llegaba! Las suposiciones tranquilizadoras se convirtieron en una alarmante impaciencia. Cada cual anhelaba algo.

Mis amos supieron todo cuando llegó a casa la noticia de que Malespina había herido mortalmente a su rival. El escándalo fue grande. La religiosidad de mis amos se escandalizó tanto con aquel hecho, que no pudieron disimular su enojo, y Rosita fue la víctima principal.

Esto me entristeció tanto, que no hablé más del asunto. ¡Muerto Marcial, muerto Malespina! ¡Qué terribles nuevas llevaba yo a casa de mi amo! Casi estuve por un momento decidido a no volver a Cádiz, dejando que el azar o la voz pública llevaran tan penosa comisión al seno del hogar, donde tantos corazones palpitaban de inquietud.

Pobre María Rosario! Horas de agonía. Las seis de la tarde del cinco de Agosto. ¡Una pulgada de descenso! Salida de la luna. Esperanzas Fúnebres fechas. El Malespina. Cuatro días sin comer. La voz de ¡orza! fué la salutación que recibió mi despertar el día 4. Parece que orzamos, ¡eh! le dije con tono malicioso al Padre Recoleto, compañero de camarote.

Si cuando está de Dios una cosa... Y bueno y sano, ¡qué placer! ¿No has perdido nadaLa consternación que reinaba en la casa es imposible de pintar. Por espacio de un cuarto de hora no se oyeron más que llantos, gritos y sollozos, porque la familia de Malespina estaba allí también. ¡Pero qué singulares cosas permite Dios para sus fines!

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando