Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de junio de 2025
42 El sexto día, el príncipe de los hijos de Gad, Eliasaf hijo de Deuel. 45 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 46 un macho cabrío para expiación; 48 El séptimo día, el príncipe de los hijos de Efraín, Elisama hijo de Amiud. 51 un becerro, un carnero, un cordero de un año para holocausto; 52 un macho cabrío para expiación;
Esta laboriosidad por mantener al macho y las novelas que circulaban sobre su alto origen atraían con curioseo irresistible a las hembras de las Cambroneras. La primera en introducirse en la casa fue la Teodora, la vieja de mayor prestigio del barrio: un dechado de sabiduría, respetada hasta por los hombres.
Una sonrisa seráfica iluminó su rostro de repente, y volviéndose a Petra, señaló a la galería: ¡Es mi macho! ¡es mi macho! ¿oyes? estoy seguro... ¡es mi macho!... y tu amo que decía... que su canario... que iba a cantar primero... oyes... ¿oyes? es mi macho, se lo he prestado quince días para que lo viese vencer... ¡es mi macho!
22 Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitable; y enviará el macho cabrío al desierto. 23 Después vendrá Aarón al tabernáculo del testimonio, y se desnudará las vestimentas de lino, que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí. 25 Y del sebo de la expiación hará perfume sobre el altar.
Salvatierra miró los ojos de la vieja, malignos y pitañosos, su hocico de macho cabrio, que se contraía a cada palabra con una ductilidad repugnante, los dos plumeros de cerdas grises que surgían de sus labios como unos mostachos felinos. ¡Y este endriago había sido una mujer joven y graciosa, de las que hacían cometer locuras al famoso marqués! ¡Y la bruja había pasado muchas veces en los coches del de San Dionisio, al son del bizarro campanilleo de las mulas, con el mantón de flores cayéndosele de los hombros, una botella en la mano y una canción en los labios, por frente a los campos que la veían ahora arrugada y repugnante como una oruga, sudando de sol a sol sobre los surcos y quejándose del dolor de sus «pobresitos riñones»! Era menos vieja de lo que parecía, pero al desgaste del cansancio uníase el rápido desplome que sufren las razas orientales pasando de la juventud a la vejez, como los espléndidos días del trópico que saltan de la luz a la sombra sin crepúsculo alguno.
24 sus presentes y sus libaciones con los becerros, con los carneros, y con los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley; 25 y un macho cabrío por expiación; además del holocausto continuo, su presente y su libación. 26 Y el quinto día, nueve becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto;
Yo recuerdo haber visto cierto día una rama de sauce desgajada del tronco por la tempestad de la noche, flotando a la mañana sobre las aguas desbordadas del Saone. Un ruiseñor hembra empollaba todavía en su nido flotante, mientras el macho revoloteaba sobre las aguas espumosas que pretendían tragarse aquella dulce mansión de amor.
Pues lo mejor es que no tengo sólo macho el entendimiento, sino también la voluntad; y con todo, en el conjunto, disto bastante de ser un macho, como hay tantos por ahí. ¡Vaya si viene Vd. parlanchín y si saca alicantinas! Don Luis se calló: jugó unas cuantas veces, y tuvo tan buena fortuna, que ganó casi siempre. El conde comenzó a cargarse.
18 y sus presentes y sus libaciones con los becerros, con los carneros, y con los corderos, según el número de ellos, conforme a la ley; 19 y un macho cabrío por expiación; además del holocausto continuo, y su presente y su libación. 20 Y el día tercero, once becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto;
Aquí cesó la referida exclamación del autor, y pasó adelante, anudando el hilo de la historia, diciendo que, visto el leonero ya puesto en postura a don Quijote, y que no podía dejar de soltar al león macho, so pena de caer en la desgracia del indignado y atrevido caballero, abrió de par en par la primera jaula, donde estaba, como se ha dicho, el león, el cual pareció de grandeza extraordinaria y de espantable y fea catadura.
Palabra del Dia
Otros Mirando