Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 13 de junio de 2025


Los milagros del desprecio es el primer ejemplo del asunto, tan repetido después en el teatro español, de la victoria que consigue un amante de una mujer apática, fingiendo mayor frialdad en su corazón. Esta comedia de Lope aventaja acaso á todas las posteriores, que tratan del mismo argumento, por su naturalidad y lozanía, sin cederles tampoco en el esmerado arreglo de la acción.

Una claridad interior iluminaba su mente, beatificándola; y parecía que, trasminando a lo exterior, irradiaba en su semblante y prestaba a su hermosísimo cuerpo mayor beldad que nunca. Así como los campos se cubren de lozanía al llegar la primavera, así como el cielo se tiñe de púrpura y oro cuando el sol va a salir, así doña Luz se mostraba entonces más gallarda y refulgente.

La condición murmuradora debe tener raíces muy hondas en el espíritu humano cuando ha resistido la crítica de los filósofos y moralistas de todos los siglos y sigue resistiendo con toda lozanía la condenación general. La murmuración es, ante todo, una cosa agradable. No hagan aspavientos ni remilgos mis lectoras.

En efecto, sólo en cuanto, sin duda, no es á todos posible componer originales excelentes, hasta el punto de no quedar apenas ni la más leve huella de su excelencia primitiva; sólo bajo este aspecto ha de calificarse el talento de los escritores dramáticos franceses. ¡Desdichados los poetas españoles, sobre quienes ha caído esta nube de langostas, y mísera mil veces la grandeza y la lozanía de su musa poética!

Al poco rato entró Aurora, la mayor de las Samaniegas, que era muy distinta de su hermana, pelinegra, bien parecida sin ser una hermosura, de esas que a un color anémico unen cierta robustez fofa y lozanía de carnes incoloras.

La sinceridad y el ardor de la pasión que había inspirado a Pepita, su hermosura, la gracia juvenil de su cuerpo y la lozanía primaveral de su alma, se le presentaban en la imaginación y le hacían dichoso. Con cierta mortificación de la vanidad reflexionaba, no obstante, D. Luis en el cambio que en él se había obrado. ¿Qué pensaría el deán? ¿Qué espanto no sería el del obispo?

Parecía que a través de los ramilletes pasaba un soplo primaveral que daba a las flores vida y lozanía. Los niños, atraídos por tanta belleza, dejaban sus sillitas, y paso a paso se iban colocando en torno de la florista. Con las manos detrás, ocultando el libro, permanecían largo rato, embobados y boquiabiertos, delante de tantas maravillas. A las doce concluía la tarea.

Es menester que de las sustancias corrompidas que en el mantillo hay absorba el rosal la savia vivificante que ha de dar lozanía, gala y primor a sus hojas y a sus flores. Cubrí, pues, con mantillo las raíces y el pié del rosal, y el rosal ha reverdecido y florecido como por encanto. La verdura de sus hojas es brillante: sus rosas son divinas.

Hasta ahora apenas hemos hablado de la niña; de la criaturita cuya inocente vida parecía una bella é inmortal flor brotada en medio de la excesiva lozanía de una pasión criminal. ¡Cuán extraña se presentaba esa niña á los ojos de la triste mujer, á medida que ésta contemplaba el desarrollo y la hermosura, cada vez más brillante, y la inteligencia que iluminaba con sus trémulos rayos las delicadas facciones de su hija, de su Perla!

La fisonomía dura, el gesto serio, la sonrisa desdeñosa; pero en conjunto un prodigio de lozanía y de... en fin, lo que es una flor antes de que nadie la manosee. ¿Y qué pasó?

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando