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Actualizado: 3 de noviembre de 2025
De aquí había salido Lope de Rueda, y aquí también se manifestó cierta tendencia literaria, esencialmente diversa de la popular, á que se consagrara aquel poeta. Una escuela erudita se propuso, como fin capital de sus esfuerzos, la imitación de los modelos clásicos.
Sacrifico la relación de ellas a la vanidad de autor, a la pretensión literaria. Si digo más, los cuadros me salen recargados, innobles, repulsivos. Hasta aquí llega la vida del comandante de campaña, después que ha abolido la ciudad, la ha suprimido.
Más celo mostró Valencia en conservar la importancia literaria de su dialecto provenzal, y según un dato inserto en las Noticias sobre el teatro de Valencia, de Luis Lamarca, se representó allí en el año de 1394, una comedia en dialecto provenzal, que, con el título de Le home enamorat y la fembra satisfeta, había escrito Mosén Domingo Maspons.
Yo creo próximo el nacimiento de muchas novelas cinematográficas que serán al mismo tiempo grandes obras literarias. Pero estas novelas resultan de más difícil producción que una novela en forma de libro, ya que en ellas no es posible lo que en la jerigonza literaria llamamos el «relleno».
De aquí sin duda el escaso cultivo que hemos dado á nuestra historia literaria, de la cual no tenemos aún tratado de conveniente extensión y escrito por un español en nuestro propio idioma; Amador de los Ríos dejó en el punto más interesante su grande obra, y lo menos malo completo que tenemos hasta hoy, prescindiendo de la frialdad y pobre sentir de las bellezas, es el libro del anglo-americano Jorge Tiknor.
M. Simeón, ministro del Interior e Instrucción pública, le remitió de parte del rey Luis XVIII una colección de los clásicos latinos de Lemaire con el lisonjero testimonio de la satisfacción de S. M., quien le concedía espontáneamente una pensión literaria, con cargo al presupuesto del fomento de la literatura; cuya pensión venía destinada a suplir en parte el pequeño sueldo que disfrutaba en la diplomacia.
Tiene universidad literaria muy concurrida, audiencia territorial, es capital de uno de los distritos militares de la Península, ciudad agrícola é industrial.
El desconocido suspiró, plegó sus labios con una sonrisa amarga y desdeñosa, y continuó su narración: «Aquel nombre, aquella gloria literaria que tanto había envidiado, en breve llegó a ser insuficiente para mi alma.
El periódico era de corto tamaño y llevaba por nombre, en letras muy gordas, el que se ha puesto al frente de este capítulo, adicionado con esta leyenda: Revista literaria y de altos intereses sociales, políticos y religiosos. La primera plana y gran parte de la segunda, iban atestadas de prosa sarpullida de signos ortográficos, bajo el rótulo de Nuestros ideales. Después versos, ¡muchos versos! Una Melancolía, dedicada «a la distinguida señorita doña I. G.» (la Escribana segunda); un
Todo se comprende, sin embargo, si consideramos la tragicomedia Celestina como la primera creación de una nueva era literaria en la que caben ciertos inspirados atrevimientos: una escena ideal, exenta de condiciones y requisitos y vacía de todo estorbo y no para que en ella aparezcan vagos y confusos los personajes, sino al contrario, para que más distintos y determinados se vean, como figuras que están en alta cumbre y se destacan y se dibujan en el azul sereno del firmamento sin nubes.
Palabra del Dia
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