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Actualizado: 22 de junio de 2025


Aliviada la situación en Inglaterra, Alemania y Holanda, por la Reforma, que secularizó los bienes eclesiásticos y suprimió la deprimente confesión auricular y el dispendioso culto de las reliquias, y agravada en Francia por las Dragonadas y la expulsión de los hugonotes, que exportó para aquellos países, con los industriales, las industrias francesas, este país, que había alcanzado en l'élite qui fait la foule, un más alto nivel de cultura, y no tenía, como la España, un continente colonial para ordeñarlo en beneficio de la metrópoli, vino a ser el paraje en que hicieron crisis las iniquidades de la civilización cristiana, agotando los límites de la dignidad humana agrandada y de la paciencia achicada por los filósofos del siglo XVIII.

La brigadiera tenía de la patria potestad la misma idea que los romanos; no había límites para ella.

Trae Byron, en el Don Juan, una jocosa diatriba contra Platón, echándole la culpa de las pecaminosas relaciones de su héroe con doña Julia. Yo mismo, aunque disto mucho de ir tan lejos como Byron en la malicia anti-platónica, me pasmo y veo con más incredulidad que fe los anchos límites que pone, verbi gracia, el conde Baltasar Castiglione al platonismo puro.

Homero y Hesiodo, su contemporáneo, que ennoblecieron el dialecto jónico, reasumieron en sus poemas toda la civilizacion de un mundo, concretaron todo un ciclo histórico, y ensanchando los límites del corazon y de la intelijencia, pusieron al hombre en relacion con todos los objetos de la naturaleza de que estaba rodeado.

Hasta en el lenguaje comun se llama indefinido, lo que no tiene señalados los límites: así se dice «se ha concedido tal ó cual cosa por un tiempo indefinido» aunque este, con ciertas condiciones, haya de ser limitado en alguna época que no se determina.

Los límites de esta provincia, considerando inclusos en ella todos los treinta pueblos, me perece deberían ser los siguientes: por la banda del norte, el río Tebicuari, desde sus cabeceras hasta el estero de

Gracias á este nuevo medio de expresión, el novelista que por su nacimiento pertenece á un país determinado puede tener por patria intelectual la tierra entera y ponerse en comunicación con los hombres de todos los colores y todas las lenguas, hasta con los que viven en los límites de un salvajismo recién abandonado.

Nuestra amistad era de un carácter tan íntimo y estrecho, que podía, por cierto, hacerle esa proposición sin salirme de los limites propios; sin embargo, resolví tratar de saber primero el motivo tan poderoso que tenía para desear viajar sola. Pero Mabel era una mujer inteligente, y no tenía intención de decírmelo.

Le hallo cierta semejanza con los perros caseros que surgen al paso de los que salen y los que entran. Cuando creemos estar en el Océano sin límites, aparece la isla ante el buque y lo detiene para husmearlo. Al que se va, le dice: «Anda con Dios, hijo, y no vuelvas por aquí si no traes dinero.

Con una situación tan cómoda, estas dos sabias personas se fijaron cada una de asiento en su respectivo dominio, pero pasando familiarmente de una habitación á otra, manifestando cada uno sumo interés en los negocios del otro, sin llegar sin embargo á los límites de la curiosidad.

Palabra del Dia

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