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Carlos de Haro. El Conde Galzano Anguisciolo, florentino. Diego de la Cerda. Luis de Aguilar. Álvaro de Luna. Jerónimo de Sande. Juan Ortiz de Leyva. Frías. Martín Galarza. Alonso Escobar. Alonso Golfín. Bravo. Gaspar de Tapia. Juan Paulo. Pedro de Aguayo. Juan Daza. Francisco Rota. Francisco Collazos. Álvaro de Luna. Clemente, siciliano. Gabriel Girardo. Georgio, siciliano. Stefano Palavicino.

Las galeras respondió el cautivo eran de don Sancho de Leyva; la libertad no la conseguimos, porque no nos alcanzaron; tuvímosla después, porque nos alzamos con una galeota que desde Sargel iba a Argel cargada de trigo; venimos a Orán con ella, y desde allí a Málaga, de donde mi compañero y yo nos pusimos en camino de Italia, con intención de servir a su majestad, que Dios guarde, en el ejercicio de la guerra.

Yo los cordeles para designiar el fuerte en la mano á D. Sancho de Leyva. Verdad es que el designio estaba hecho por quien lo entendía mejor, y se había estrechado casi dos tantos de lo que D. Alvaro había platicado.

Fueron apresadas : de Juan Andrea Doria, La Real Signora, Condesa, Pellegrina, Presa, Divitia: total, 6. Del Papa, La Capitana, San Pedro, Toscana: 3. Del Duque de Florencia, La Elbigiana: 1. De Nápoles, Capitana, Patrona, San Jacobo, Leyva, Mendoza: 5. De Sicilia , Capitana, Patrona, Galifa, Águila, Capitana, del Marqués de Terranova; Patrona, de id.; Capitana y Patrona, de Mónaco: 8.

D. Sancho de Leyva insistió en que enviados esquifes y barcas á tierra, y trayendo una barcada de gente, salieran á la mar las galeras: si no se descubría al amanecer la armada turca, volverían por el resto de los soldados; en caso de avistarla, procederían á lo que se decidiera. Debían quedar en el puerto dos galeras destinadas al General Duque de Medinaceli y su casa.

El día 1.º de octubre llevaron en procesión á los cautivos al palacio del Sultán: D. Álvaro de Sande, D. Berenguer de Requesens y Don Sancho de Leyva iban á caballo; detrás marchaban los Capitanes de tres en tres, y seguían los soldados mirando tristes cómo les precedían, arrastrando por el suelo, sus estandartes y banderas, cuyas santas imágenes servían de escarnio á los mahometanos.

Desde á poco vino D. Sancho de Leyva de saquear la nave, y subiendo á la galera de Juan Andrea le dije que cómo no había entrado tras las galeras, importando más tomar un bajel de remo que 50 naves, á lo cual me respondió que no era cosa de hablar en ello, porque era gran peligro, y que allí había estado el Príncipe Doria sobre Dragut y se le había salido con las galeras rastrando del otro cabo del puente ó Cántara, y le había dejado por escarnio en una torre que está allí y que teníamos á la vista, colgado un priapo de hombre, á lo cual yo le respondí que había muy gran diferencia de lo uno á lo otro, por la ventaja que había de todas las galeras de Dragut á aquellas dos sobre que habíamos amanescido con tal armada y á la imprevista y sin que pudiese haber defensa que estorbase la entrada, especialmente teniendo tan buen piloto como me había dicho que tenía en Chuza Muza, que le había guiado yendo en la proa de la galera hasta donde llegó.

En punto á combate, el mismo Leyva, sostenido de Scipión Doria y pocos más votos, juzgaba que, bien combinadas las galeras con las naves, formaban fuerza no inferior á la de los turcos, ya fondearan en línea, interpolados, ya navegaran en grupos, pues sólo las naos, que eran 30, y los tres galeones habían de hacer con la artillería mucho daño.

Un mes después se daba una gran fiesta en palacio en celebración del restablecimiento de doña Francisca. La virtud febrífuga de la cascarilla quedaba descubierta. Atacado de fiebres un indio de Loja llamado Pedro de Leyva bebió, para calmar los ardores de la sed, del agua de un remanso, en cuyas orillas crecían algunos árboles de quina.

Partiendo el Mac-Cullock á las 11 de la mañana del 17 de Mayo para Filipinas, fondeábamos entre doce y una de la tarde del 19, en aguas de Cavite; é inmediatamente la lancha del Almirante con su Ayudante y Secretario particular vino á sacarme para el Olimpia, donde fuí recibido con mi Ayudante Sr. Leyva con honores de General por una sección de guardias marinas.