Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 8 de mayo de 2025


Mirola con sorpresa, que se convirtió en estupefacción al ver que la dama avanzó con resolución hasta él, y sin decir palabra se dejó caer de rodillas a sus pies sollozando. ¡Señora... por Dios... levántese usted! dijo aturdido. La dama no se movió. Señora, levántese usted repitió de nuevo cogiéndola suavemente por un brazo.

Era la voz de Ángela que llamaba a Rosa: ¡Rosa, Rosa, Rosaaa! Iba gradualmente alzando el tono. Después, como la casa era muy chica y había gran silencio, la oyeron decir por lo bajo: ¡Madre mía, si no está en la cama! Y después gritar con toda la fuerza de sus pulmones: ¡Padre, padre! Levántese, padre; Rosa no esta aquí, Rosa no está aquí, padre...

Levantó la cabeza, y sospechando que sería lo de siempre, preguntó tímidamente: ¿Es V. algún guardia? No soy ningún guardia repuso el transeúnte, pero levántese V. Apenas puedo, caballero. ¿Tiene V. mucho frío? , señor... y además no he comido hoy. Entonces, yo le ayudaré... vamos... ¡arriba! El caballero cogió a Juan por los brazos y le puso en pie; era un hombre vigoroso.

Y levántese vuestra merced agora para recebir a don Gregorio, que me parece que anda la gente alborotada, y ya debe de estar en casa.

Pero aquellas manifestaciones tan extraordinariamente expresivas, lejos de enternecer a la marquesa, la provocaron a recoger su ánimo, y dijo con sequedad: «Pero ¿qué es esto?... Levántese usted, hija... No puedo consentir... Usted no me ha entendido bien...». Isidora se levantó.

Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver.

A ver, señor de Llopis, levántese usted. Y el «señor de Llopis», un granuja de siete años, con el pantalón á media pierna sostenido por un tirante, echábase del banco abajo y se cuadraba ante el maestro, mirando de reojo la temible caña. Hace un rato que veo á usted hurgándose las narices y haciendo pelotillas. Vicio feo, señor de Llopis; crea usted á su maestro.

Se hundía, se hundía en un agujero negro, acompañado por la melodía tenue, que se iba adelgazando lo mismo que un hilo cada vez más tirante, hasta romperse y ser devorada por el silencio. De pronto volvió a la vida al sentir una mano en un hombro. Abrió los ojos, y vio al doctor Zurita de pie ante él, con un puro en la boca sonriéndole. Levántese, amigo y tome uno de hoja.

Obdulia, ¡cálmese usted... ¡Cálmese usted! ¡Cálmese usted, por Dios! ¡Levántese usted!... ¡Levántese usted, por Dios!... Su faz blanca, nacarada, estaba cubierta de vivo rubor. Un soplo de emoción delicada y mística corrió por toda la tertulia. Algunas jóvenes también se ruborizaron. Los clérigos se miraron unos a otros.

Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, y huyan delante de El los que le aborrecen. 3 Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, y saltarán de alegría. 9 Abundante lluvia esparciste, oh Dios, a tu heredad; y cuando se cansó, la recreaste. 10 Tu compañía estaba en ella; por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando