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Los apasionados de Morales le llamaban el Divino, y Andrés de Claramonte, en su Letanía moral, le califica de príncipe de los cómicos. No menos célebre que él fué su esposa Jusepa Vaca, tan notable por su belleza como por su talento.

Entra el cortejo en la ciudad de los muertos. Pausas, grandes pausas, notas largas, armonías lamentosas, soledad de los desiertos, ¡inmensas cosas amargas...! ¡Oh, Chopín! ¡Oh, gran maestro! Haz que suenen en el aire melancólico y siniestro, cerca a , las armonías funerales de tu Marcha... Octubre, 1905. Santa Reina del amor: sabes que noche y día te rezo la letanía y la salve del dolor.

Formada así una procesion que llenó de ternura y lágrimas al gran gentío que habia acudido á verlos, fueron cantando la letanía á la capilla de Nuestra Señora de Villaviciosa, conducidos de los mismos capitulares que por sus propias manos los habian vestido. Los trages eran talares, con divisa azul que distinguia á los varones de las hembras.

Desde este se registra cómodamente la obra antigua con su alero de canes carcomidos, y el ábside octógono que forma la capilla de Nuestra Señora del Rosario, del siglo XV. Nada mas gracioso que la combinacion de nervios de la bóveda de esta capilla, cuya forma de estrella cuadra tan perfectamente á una de las advocaciones mas ideales que á Nuestra Señora su santa letanía. Los padres de Sto.

El coro respondía siempre con el mismo monotono rumor percibiéndose sobre él las notas gangosas de la voz de D.ª Rosa. Cuando llegaba la letanía, aquel rumor monotono cambiaba, se trasformaba en otro diverso, más breve, en el cual la ese final del ora pro nobis se prolongaba con un silbido dulce que provocaba en Laura cierta soñolencia lánguida que la hacía feliz por unos instantes.

Los arrullos de las canciones populares, todos los requiebros arrogantes que había oído, acompañados del puntear de la guitarra, mezclábalos en la letanía amorosa con que envolvía a la novia su voz susurrante. Que toos los pesares de tu vida vengan a , entrañas de mi arma, y que sólo goces alegrías.

Muy hermoso, ¿verdad? suspiró en una pausa de la letanía, sin ver a los que le rodeaban, dejando caer al azar la expresión de su entusiasmo. ¡Sublime! se apresuró a murmurar el jefe del escritorio. ¡Primo... de chipén! añadió Luis. Esto parece una cosa de teatro. Dupont, a pesar de su emoción no se olvidaba de marcar las respuestas de la letanía ni de atender al cuidado del sacerdote.

En mi sentir, tan perverso y tan insufrible es Baudelaire componiendo su letanía diabólica y otras lindezas de las Flores del Mal, como no pocos poetas, que andan por ahí presumiendo de religiosos y de moralistas, y que escriben, sin pizca de verdadero sentimiento, odas á Dios, á la virtud y á la vida monástica, ó narraciones y dramas de severa moralidad aparente, cuyos personajes no pueden menos de ser contrahechos, monstruosos, cursis, y como en la vida real no se estilan ni se estilaron nunca.

En aquel momento su madre empezó a hablar para hacerle reproches, en una letanía lamentable. Estaba inmóvil, con las manos entrelazadas y los ojos aflijidos y fijos. La luz del crepúsculo esfumaba su cara y su pelo en una tonalidad rojiza. Adriana la escuchaba como entre sueños; y perdida en la remota nostalgia se repetía las palabras dolientes del poema.