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Actualizado: 6 de mayo de 2025
Cogió una pipa rústica, labrada por un payés en una rama de cerezo, la llenó de tabaco y comenzó a fumar, siguiendo con ojos distraídos el revoloteo de las espirales de humo, cuya azul sutilidad tomaba ante la vela una transparencia irisada. Luego buscó un libro y quiso leer, pero fueron inútiles todos los esfuerzos por concentrar su atención en la lectura.
El edificio de las Micaelas había sido una casa particular, a la que se agregó un ala interior costeando dos lados de la huerta en forma de medio claustro, y a la sazón se le estaba añadiendo por el lado opuesto la iglesia, que era amplia y del estilo de moda, ladrillo sin revoco modelado a lo mudéjar y cabos de cantería de Novelda labrada en ojival constructivo.
Era la Maksurah un lugar privilegiado, cerrado en contorno por una especie de cerca ó verja de madera, primorosamente labrada por ambas haces interior y esterior : estaba coronada esta preciosa cerradura de almenas, para que por su destino de cortar toda comunicacion entre el Califa y el pueblo imitase mas propiamente la forma de una muralla.
Los escarolados y nervios de la piedra labrada ocultábanse bajo una capa de cal. En los balcones verdes mostrábanse a aquellas horas de la mañana cabezas de mujeres morenas, de rasgados ojos negros, con flores en el pelo. Fermín siguió una de las amplias aceras limitadas por dos filas de naranjos agrios.
Es la pobre mosca que se enreda en la inmensa tela de araña labrada por los bribones que componen la inmensa mayoría del género humano. El consuelo único que el hombre bueno puede tener es que sus verdugos tampoco son felices. La vida es un gran fraude para todos, para los buenos y para los malos.
Recuerda el pensador los esculpidos respaldos del coro de una gótica iglesia, en los que la madera labrada bajo la inspiración de la fe, presenta, en una faz, escenas de una vida de santo, y en la otra faz, ornamentales círculos de flores.
El espacio se empapaba de luz; disolvíanse las sombras, como tragadas por los abiertos surcos y las masas de follaje. En la indecisa neblina del amanecer iban fijando sus contornos húmedos y brillantes las filas de moreras y frutales, las ondulantes líneas de cañas, los grandes cuadros de hortalizas, semejantes á enormes pañuelos verdes, y la tierra roja cuidadosamente labrada.
Desde la aldea se columbra la ciudad, caparazón que cubre una colina, como escamado peto de armadura sobre un torso yacente; armadura labrada en cobre y hierro, abollada ya; a trechos oro sucio, a trechos gris rojizo, a trechos verdinosa, de la corrosión de los años y los óxidos. De un lado sale la torre de la catedral, como lanza astillada, que aún se mantiene firme, bajo la axila.
Nueve siglos de existencia tiene ya, sin embargo, esta especie de creacion poética, que mas que una construccion de piedras, mármoles y mosáicos, columnas, arcos, impostas, zócalo y cúpula, se creeria una morada encantada, aérea é impalpable, labrada por las fadas del Oriente; y no hay el menor indicio de que tan maravillosa fábrica no pueda durar aun otros nueve siglos en igual estado.
Fértil región, alhaja desprendida de las ondas de un mar que no te arredra, entre árboles gigantes escondida y entre murallas de granito y piedra. Mas tú, Cristóbal, por el ancho espacio lanzando tu mirada, de ricas esmeraldas y topacio labrada viste la inmortal aureola, que la sien del hispano tornasola.
Palabra del Dia
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