Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de mayo de 2025
Eran inválidos ó convalecientes que recorrían los jardines á la salida del Museo; vecinos de Mónaco que regresaban á sus casas después de haber tomado el sol en un banco; gruesas comadres que guardaban su calceta en un bolso; ancianos apoyados en un bastón, que tal vez no se habían embarcado nunca, pero tenían un aspecto de viejos marinos genoveses.
Despues de la revolucion de Febrero, que echó por tierra á Luis Felipe, el Palacio de Luxemburgo abrió sus puertas á Luis Blanc, que explicó allí el socialismo á los obreros. De modo que ha sido alternativamente Palacio de la Monarquía, del Directorio, del Consulado, del Senado, cárcel y cátedra socialista. Visitemos ahora el cuartel de Inválidos. No lo debo ocultar.
Al salir á la calle temblaba de emoción ante los soldados inválidos. Los convalecientes de aspecto enérgico, próximos á volver al frente, aún le inspiraban mayor lástima. Se acordó de un viaje á San Sebastián con su esposo, de una corrida de toros que le había hecho gritar de indignación y lástima, apiadada de la suerte de los pobres caballos.
Nada más divertido que descubrir bajo el polvo de veinte siglos jardinillos semejantes a los de los Inválidos, con su surtidor microscópico, los pequeños patos de mármol y la estatuíta de Apolo en el centro. He ahí el dominio de un ciudadano romano que vivía de sus rentas en el año 79 de la Era cristiana. La alegría champañesa del doctor se recreaba dulcemente en medio de aquellos curiosos restos.
Los menestrales desaparecían, tragados por los ejércitos, y las ciudades se llenaban de inválidos y veteranos arrastrando la roñosa tizona, única prueba de la valía personal.
Había creído observar desde hacía algún tiempo que el matrimonio de los inválidos guardaba grandes deferencias y una simpatía por extremo afectuosa hacia el marquesito. Y de ello dedujo que no verían con malos ojos que se rompiesen sus relaciones con Clara y que ésta las anudase con aquél.
Por eso el cuartel de los Inválidos es el edificio más imponente, más grande de Paris. No es el más grande por el conjunto de la piedra, por el arte de la arquitectura, sino por el sentido del establecimiento, por la índole de la institucion.
El Museo de los inválidos es en cierto modo la hoja de servicios de la marina británica, orgullo y gloria de los viejos marinos llenos de cicatrices.
En la semana transcurrida, en esos ocho dias de huelga, hemos empleado las vacaciones en visitar el palacio Real, la Bolsa, las Tullerías y el Louvre, el palacio de Luxemburgo, los Inválidos, el Panteon; hemos visto tambien, no sin un grande asombro, los mataderos públicos; el Monte-Pio, algunos hospicios y hospitales, el establecimiento de los locos del Sena; hemos adquirido noticias sobre el movimiento de la poblacion; sobre los casamientos que han tenido lugar en este año; sobre el estado y operaciones de la Caja de ahorros y de la de descuentos, y sobre el fabuloso presupuesto de esta ciudad; sobre sus increibles consumos; sobre el movimiento de su aduana; sobre las sociedades mercantiles existentes en todo el imperio; sobre ferro-carriles, renta de correos, presupuesto general del Estado, comercio, deuda pública y otros detalles estadísticos.
D. Martín de las Casas, teniente coronel retirado, que había hecho la guerra de Cuba, donde había recibido una herida en un hombro que le impidió continuar en el servicio, se creía en el caso, por su profesión, de llevarlo todo por la tremenda. Desde el año 1873 en que pasó al cuerpo de Inválidos no volvió a salir de Peñascosa. Contaba en aquella época cuarenta y dos años.
Palabra del Dia
Otros Mirando