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Actualizado: 7 de mayo de 2025


Lo único que sabe hacer es instalarse debajo una piedra y aguardar tembloroso. No habiendo encontrado jamás enemigo serio ni obstáculo alguno, dispensado de toda industria por la superioridad de sus armas terribles, el día que éstas le faltan no le queda ningún recurso.

Temía hablar, señora marquesa; pero al fin me decido, y ¡allá va!... Este marco es indigno de su hermosura y su elegancia. Y el contratista abarcó con una mirada de desprecio la habitación y todos sus muebles. Si usted quiere, desde mañana puede instalarse en mi casa. Suya es. Yo me alojaré en la vivienda de uno de mis empleados. No mostró Elena gran asombro.

Aunque no lo era, necesitaba hacer algo; y se consumía de impaciencia por no poder emplear su actividad en el frente, bajo el silbido de los proyectiles. Al fin dió con el medio de ser útil. Quiso marcharse á París. Cuando todos los que podían escapar se apresuraban á hacerlo, ella iría á instalarse en su antigua casa, desafiando con su presencia el cañón y los aviones enemigos.

Rafaela fue desde la fonda a instalarse en la casa de su marido: en el hotel que ella le había hecho comprar y amueblar con el mejor gusto. Ella eligió para la servidumbre los criados blancos que más convenían, y los esclavos negros más hábiles y de mejor facha.

Deseando huir de un lugar donde tanto había sufrido, abandonó el castillo de Blandieres, lo vendió, y fue a instalarse en París, con la firme intención de indemnizarse de los tristes años que había pasado. Arrendó un hermoso departamento en la calle General Foy, y terminado su período de luto, se lanzó al mundo con frenesí.

Los príncipes de Mónaco, feudatarios de Francia, vivían después en Versalles, haciendo oficio de cortesanos ó sirviendo en los ejércitos del rey. La Revolución los perseguía, como á todos los monarcas, guillotinando á una hermosa dama de la familia. Napoleón los había tenido como edecanes un su séquito militar, y la larga paz del siglo XIX les hacía volver á instalarse en su exiguo principado.

Los muebles tendrían que ser idénticos á los de la época decía Miguel y habría que vivir en esas casas lo mismo que se vivía en el siglo que produjo el estilo, vestir y comer como en otras edades... ¡Qué disparate la reconstrucción de uno de esos cascarones históricos para instalarse en su interior como hombres modernos, incurriendo á cada paso en un anacronismo!...

Y se marchó, para instalarse en una pobre casa de la ciudad vieja, renunciando á las comodidades y abundancias de aquel palacio regentado por el coronel. A pesar de tales excusas, el príncipe manifestó sus dudas á Toledo. No veía con claridad en esta fuga. Tal vez existía otro motivo que él no llegaba á adivinar. ; tal vez contestó sonriendo don Marcos . Debe ser asunto de faldas.

Un hombre rico, bien emparentado y miembro de los principales círculos, no puede instalarse como un extranjero que viene á pasar seis meses en París. Tuvo, pues, que buscar una casa, disponerla á su gusto, amueblarla, comprar caballos y ajustar servidumbre.

Los que habitaban hoteles lujosos iban á instalarse en «villas» y chalets de los alrededores; los pobres, cansados del rancho del matadero, se enganchaban para trabajar en obras públicas del interior. Aún quedaban muchos en Barcelona, reuniéndose en determinadas cervecerías para leer los periódicos de su patria y hablar misteriosamente de los trabajos de la guerra.

Palabra del Dia

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