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Actualizado: 13 de noviembre de 2025
«¡Papitos, Papitos!... No, no te llamo... vete... ¿Pero has visto qué insolente? Si no es él, no es él... Es que me le han vuelto del revés, me le han embrujado. ¿Habrá tunante? Si estoy por seguirle y avisar a una pareja de Orden Público para que me le trinquen... Pero a la noche nos veremos las caras.
Apenas logró verle un minuto la cara desviándole de ella los brazos, pudo convencerse de que el muy insolente no hacía sino reírse a más y a mejor, y también notar la extraordinaria lindeza del desharrapado chicuelo. Julián, testigo inquieto de esta escena, se adelantó y quiso arrebatárselo a Nucha.
Se inclina sobre el cuerpo de la desmayada, y con la insolente autoridad de un poseedor legítimo, hace ademán de ir a desabrocharle el cuerpo del vestido para que, respirando mejor, cese la congoja. Entonces a don Juan se le sube la sangre a la cabeza. ¡Tocar aquel hombre el pecho de Cristeta! ¡Profanación!
Luego vió á su padre, el general, sombríamente bondadoso, diciendo con su voz ronca: «El fuerte debe ser bueno...» Al pensar en el padre, su pistola se desvió un poco, pero inmediatamente rectificó la puntería. Un tren pasaba por su imaginación con lentitud. Soldados franceses. Vió á Castro y al rojo insolente que le ofrecía un lugar.
Miraba a todos con insolente superioridad, como si las cicatrices del amigote fuesen una declaración de su propio valor, y vivía feliz creyendo que en todo Jerez no había quien le disputase su guapeza con los hombres y su buena fortuna con las mujeres. Cuando el capataz de Marchamalo le habló en favor de Rafael, el señorito lo admitió inmediatamente.
Lo que ha pasado hoy es lo mismo que ha pasado ya muchas veces... Que tú has estado un poquillo insolente... que yo he estado otro poquillo bruto... Eso no es motivo suficiente para que se rompa nuestra unión. Nuestras relaciones no son de ayer, hija mía.
Todas estas contestaciones habían sido pronunciadas con una intención maligna; comprendí que existía un misterio terrible entre aquella mujer y la pobre Amparo, y no insistí. La dejé ir. Había concebido el pensamiento de apelar a la ley para poner en claro la procedencia de Amparo. Y como si hubiese comprendido mi pensamiento, aquella mujer me arrojó al salir una insolente mirada de desafío.
Momaren quedó mudo, pues el hecho le parecía tan inaudito, que no encontraba palabras. Los invitados prorrumpieron en alaridos de indignación: ¡Insolente animalucho!... ¡Qué atrevimiento el suyo!... ¡Venir á perturbar con sus patas inmundas una fiesta de alta intelectualidad!...
Ya algunos pilletes y mujercillas habían disparado contra el anciano desperdicios de berzas y frutas, y alguien también había escupido sobre él, aunque sin tocarle. Un mulato, el más insolente de la chusma, avanzó hacia el anciano con la mano levantada como para darle en el rostro.
Además, todos los pagos habían sido hechos por medio de cheques, cobrados por la misma duquesa. Un verdadera insolente tu administrador... El otro día te vi en el Casino; te vi de espaldas, cuando huías de la gente. Me diste miedo: me imaginé en aquel momento que eras otro, muy diferente del que yo conocí, y que nunca nos entenderíamos.
Palabra del Dia
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