Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de julio de 2025
El joven comprendió que lo mejor era poner tierra por medio, muy apesadumbrado al ver que por todas partes sólo hallaba violencias, engaños é injusticias. Pensando iba en ello y comparando aquellos episodios de su jornada con la vida monótona del convento, cuando detrás de un vallado que á su derecha quedaba vió el más raro espectáculo que imaginarse pueda.
La virtud no está todavía desterrada de la tierra; yo conozco muchas personas que sin atroz calumnia no pueden ser contadas entre los criminales. Hay injusticias, es cierto; pero la injusticia no es la regla de la sociedad; y si bien se observa, los grandes crímenes son excepciones monstruosas.
Pero, ¡qué sabes tú de caballero! Vergüenza debía darte tenerme así. Vamos a ver: ¿cuándo me pones un cuarto como Dios manda? Esta especie de invocación a hombres que ponen casa a la querida, dejó muy caviloso a don Quintín, haciéndole discurrir amargamente sobre las injusticias sociales.
¿Por qué causas? ¿Es usted pobre? ¿Ha sufrido usted injusticias de los hombres o del destino? ¡Sí, me acuerdo de usted; pero no sé, ni cómo iba a saber lo que le han hecho! El magistrado experimentaba una especie de placer en hostigar al pesimista, en obligarle a reconocer su error. Nada me han hecho. Pero yo lloraba por todo. Estaba enfermo, sí, no cabe duda: pero enfermo del alma, no del cuerpo.
Si tuviera padres o hermanos, creería que se le había muerto alguno... Apuesto a que ese narizotas de D. Narciso le ha dado otro disgusto. ¡Desprécielo, D. Gil, desprécielo! ¡Oh, no! ¡Cuidado con las injusticias, doña Josefa! se apresuró a decir el joven. Nadie me ha causado disgusto alguno. Estas lágrimas provienen de un malestar nervioso que siento hace días. ¡Si ya se lo decía yo!
Luego el pueblo, con ese instinto que le hace relacionar ideas hasta encontrar el origen de su daño, comenzó a gritar ¡Abajo los ladrones! y por último la miseria fermentada, la pobreza escarnecida, la ignorancia fuerte y sin freno, todo aquel conjunto de injusticias acumuladas se condensó en una voz terrible: ¡Mueran los ricos!
Tal creo, y sin embargo quise poner en estas humildes páginas algo que levantase el ánimo, y moviera la conciencia contra injusticias y errores de que el arte puede ser, si no remedio, espejo, si no enseñanza, aviso. He aquí mi explicación para unos, mi disculpa para con otros. Empezó El Liberal a publicar cuentos y me honró pidiéndome algunos.
Estos tiempos no eran para los caballeros; les habían declarado la guerra, se cometían toda clase de injusticias para mantenerlos relegados. Jaime gozaba de cierta popularidad en las sociedades y cafés de Barcelona y Valencia donde había juegos de azar.
Para sostener sus injusticias y la servidumbre tradicional, necesitaban del estado de guerra, fingir que vivían entre peligros, quejándose de los gobiernos porque no les protegían bastante.
Palabra del Dia
Otros Mirando