Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 29 de julio de 2025


Yo te escribiré, te daré cuenta exacta de mi vida... todos los días sabrás de aunque esté en el polo; pero quédate, no desesperes a tu madre, cierra los ojos ante sus injusticias, que al fin obedecen a lo mucho que te quiere... ¿Crees que yo no sufro al dejarte? ¿Te imaginas que es poco huir dejando aquí la mayor felicidad de mi existencia?...

Las venganzas, las injusticias y la suspicacia de un lado, y por otro el sentimiento de la patria y de la libertad que se despertará en estas luchas continuas, insurrecciones y levantamientos, acabarán de generalizar el movimiento y uno de los dos pueblos tiene que sucumbir.

No pueden ustedes figurarse cómo se puso este hombre... Por poco le pega... No tanto, no tanto manifestó el conde sonriendo avergonzado. Me expresé con cierta viveza porque me enfadan siempre las injusticias. ¡Oh! Las exaltaciones en estos casos son sospechosas. Cuando no se siente interés por una persona se la defiende con menos calor... ¡Caramba! ¡Nunca le vi tan irritado!

Con la mujer mostrábase alegre, aunque un tanto resentido en su amor propio porque ella parecía dudar de sus fuerzas. Ya recibiría noticias de la corrida próxima. Iba a asombrar al público, para que éste se avergonzase de sus injusticias. Si los toros eran buenos, quedaría como el propio Roger de Flor... aquel personaje que siempre tenía en boca el mamarracho de su cuñado. ¡Los toros buenos!

Tomando ejemplos en los libros, formábanse en las nacientes ciudades de las Indias corporaciones caballerescas, cuyos individuos, con el título de «conjurados», se comprometían a defender con la espada los derechos de la viuda y el huérfano y a combatir las injusticias del poderoso. El conquistador se adaptó a la nueva tierra y a las costumbres del indígena con asombrosa prontitud.

Sus camaradas le llamaban borrego por la servil paciencia con que aceptaba todas las injusticias y durezas del trabajo, y sin embargo, sonreía como un verdugo al desear las matanzas en masa, las cacerías de hombres, siempre que se verificasen al amparo de la ley, por ejecutores uniformados.

Es verdad, vos lo sabéis todo. Señor... ¿Pero á que no acertáis cuál era la extraña pretensión del duque? Tembló interiormente Lerma, porque el rey usaba cierto tonillo acre que no acostumbraba mucho á usar. Lo ignoro, señor. Ya sabía yo que lo ignoraríais. Vuestro hijo se me quejaba de injusticias.

Para esto se ofrecía á comunidades de frailes, cosas que el duque había resistido; á los ayuntamientos, arbitrios; á los labradores, tolerancia en el pago de los tributos; á las corporaciones de todo género, nuevos privilegios; á éste y al otro señor, amenazado por desafueros, hacer la vista gorda, como suele decirse, y á las audiencias, desestimar las numerosas quejas de injusticias, cohechos y violencias que pendían por ante el rey.

Inevitable accesorio de estas catástrofes es el cúmulo de injusticias que se cometen en inocentes ó pacíficos habitantes.

Soñaba en el día glorioso de la humana redención: cuando desapareciesen los dioses y diosecillos de afeminada sonrisa que hablan mantenido á los hombres durante siglos en la esclavitud, cantándoles la canción de la humildad y la repugnancia á la vida, arrullándolos en su eterna niñez, con la apología de la resignación cobarde ante las injusticias terrenales, como medio seguro de ganar el cielo...

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando