Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de julio de 2025
Ya puede V. imaginarse que yo iba gozando como los ángeles en el paraíso y pendiente de los labios de aquella niña, que al referirme todas las nonadas infantiles de su vida, parecía infundir en mi alma encantada la ciencia de la dicha. Sin embargo, no podía desechar cierta vaga inquietud que turbaba mi alegría.
Así como unos curan las dolencias del cuerpo, otros cuidan de la pureza del espíritu: serás, de ellos, y mientras el tuyo permanezca incólume, jamás te faltarán palabras con que infundir a tus hermanos la fe que te aliente. Cree y te creerán, que nunca inspiró la sinceridad desconfianza.
El único resultado que obtuve fue infundir en su ánimo un miserable terror de que su Lady sorprendiese mi correspondencia a medias y pusiese el grito en el cielo. Para salvarse de tamaña calamidad, Juan Maury me envió como mensajero a un hombre de negocios de toda su confianza, quien, más que a convenir en nada, vino a imponerme silencio.
De este látigo se valió, pues, el rey David, incitado por donna Olimpia, para infundir recato y compostura a sus cortesanos y hasta a las princesas de la real familia en una de aquellas orgías endemoniadas.
La persona de Dios representábasele terrible y ceñuda, más propia para infundir respeto que cariño. Todo lo bueno venía de la Virgen María, y a la Virgen debía pedirse todo lo que han menester las criaturas. Dios reñía y ella sonreía. Dios castigaba y ella perdonaba. No es esta última idea tan rara para que llame la atención.
Ya puede V. imaginarse que yo iba gozando como los ángeles en el paraíso, y pendiente de los labios de aquella niña, que al referirme todas las nonadas infantiles de su vida, parecía infundir en mi alma encantada la ciencia de la dicha. Sin embargo, no podía desechar cierta vaga inquietud que turbaba mi alegría.
Cuando llegó usted a casa creímos que el capellán era demasiado joven.... no se ofenda usted...: estábamos acostumbrados a la frente rugosa, a las canas del pobre viejecito que le precedió. Después hemos visto que el carácter suple en usted lo que otros adquieren a fuerza de años; y, francamente, nadie hubiera creído que pueda infundir tanto respeto quien cuenta todavía tan pocos.
Bien notas, escudero fiel y legal, las tinieblas desta noche, su estraño silencio, el sordo y confuso estruendo destos árboles, el temeroso ruido de aquella agua en cuya busca venimos, que parece que se despeña y derrumba desde los altos montes de la luna, y aquel incesable golpear que nos hiere y lastima los oídos; las cuales cosas, todas juntas y cada una por sí, son bastantes a infundir miedo, temor y espanto en el pecho del mesmo Marte, cuanto más en aquel que no está acostumbrado a semejantes acontecimientos y aventuras.
Un hombre literato, un compañero de infancia y de juventud de Quiroga que me ha suministrado muchos de los hechos que dejo referidos, me incluye en su manuscrito, hablando de los primeros años de Quiroga, estos datos curiosos: «que no era ladrón antes de figurar como hombre público; que nunca robó, aun en sus mayores necesidades; que no sólo gustaba de pelear, sino que pagaba por hacerlo y por insultar al más pintado; que tenía mucha aversión a los hombres decentes; que no solía tomar licor nunca; que de joven era muy reservado, y no sólo quería infundir miedo, sino aterrar, para lo que hacía entender a hombres de su confianza que tenía agoreros o era adivino; que con los que tenía relación los trataba como esclavos; que jamás se ha confesado, rezado ni oído misa; que cuando estuvo de general lo vió una vez en misa; que él mismo le decía que no creía en nada». El candor con que estas palabras están escritas revela su verdad.
Decía mil chistes, sutilezas y discreciones, que se aplaudían y gustaban más aún por el acento sevillano con que los decía, por la expresión de su rostro, por la viveza de sus ojos y por los frescos y colorados labios, y blancos, iguales y apretados dientes, por entre los cuales brotaba suave, argentina y simpática su fácil y espontánea palabra. Sabía ella además infundir amor y respeto.
Palabra del Dia
Otros Mirando