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Actualizado: 19 de julio de 2025
Yo haré lo que deba, Inesilla. Sal de este convento, ve con esas señoras y espérame tranquila, con la segundad de que iré a buscarte. Si para entonces no has variado..., si te encuentro la misma... Contestóme al instante pasando su dedo índice por uno de los huecos de la reja.
Aun en el caso de que imaginara un medio de vengarme, ¿qué podría servir mejor para mis fines que dejarte vivir, y darte estas medicinas contra todo lo que pudiese poner en peligro tu vida, de modo que esa candente ignominia continúe brillando en tu seno? Al hablar así, tocó con el índice la letra escarlata, que parecía abrasar el pecho de Ester como si hubiera sido en efecto un hierro candente.
No hay que temelu me dijo levantando, tan alto como pudo, el índice de su mano derecha, después de haberle metido en la boca . El aire es cierzu, y la niebla espienza a jalar parriba en los picachus. Cuando intimamos algo más, supe que se llamaba «Chisco», que servía en casa de mi tío muchos años hacía, y que no era natural de aquel pueblo, sino de otro más abajo.
Casi todas las profesiones en que se ocupa la clase media en Portugal están aquí representadas con fidelidad, y así puedo yo estudiar sin esfuerzo, como en un índice, las ideas y los sentimientos que en nuestro año de gracia forman el fondo moral de la nación. Esta casa de huéspedes tiene encantos.
No se sabe si está sentada en una silla, ó si flota en el aire, como se mece un nido en el árbol, cuando lo agita el viento. Mira hácia abajo, mientras que con el dedo pulgar y el índice coge un pliegue sutil en su falda.
Las palabras finales del mayor monstruo los celos, como escribió el autor, no como imprimió el ladrón, aluden, sin duda, al texto antiguo, visiblemente de Calderón; pero tenido, sin duda, por él en poca estima é impreso contra su voluntad. Debajo de este título comprendemos siempre la gran colección de comedias españolas de autores diversos, cuyo índice copiamos en el apéndice al tomo III. El Sr.
Una carta del Atlántico estaba sobre la mesa, y con el índice fué marcando un rumbo á su piloto; pero este rumbo no era á través del mar, sino lejos de él, siguiendo el interior de las naciones costerizas. Mañana dijo vienen los franceses á posesionarse del vapor. Puedes irte cuando gustes, pero convendrá que sea lo más pronto posible...
Y haciendo con los dedos pulgar é índice una perfecta rosquilla, se la presentó á Isidora, y prosiguió así: «No sé si podré disponer de los tres mil reales en el momento. De todos modos, me parece que podrían ustedes arreglarse con menos. Piénselo bien, y ajuste sus cuentas.
Sonreía con expresión maliciosa; levantaba una mano con el índice erguido, como una maestra que lanza su última recomendación. Novios, sí... Boca, sí... ¡Cabina, nooo!... ¡Cabina, malo! Y tras estos balbuceos en español, que revelaban un miedo cómico a la «cabina», huyó apresuradamente, volviendo por dos veces la cabeza para mirar a Fernando antes de desaparecer.
Cuando empezaba a alejarse con aire belicoso, se detuvo, volviendo sobre sus pasos. Espéreme aquí, Ojeda... No se vaya; ahora mismo vuelvo... Piense que me dará un disgusto si no le encuentro. Ya lo sabe... ¡quietecito! Y le amenazó sonriente, moviendo el índice de su diestra. Al quedar solos Fernando y Maltrana, éste rompió a reír. Muy bien, ilustre amigo.
Palabra del Dia
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