Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de mayo de 2025


De pronto salió de entre un seto de arbustos un hombre y se oyó una imprecación soez, que traducida al lenguaje de las personas beneparlantes pudiera sonar así: ¡Mala mujer! Hubo ademanes violentos, y un cuerpo cayó.... Llegaba en esto corriendo otra figura humana, que venía también del hotel por la escalera, e interponiéndose, se inclinó para recoger a Lucía.

Uno de los adoradores se inclinó ofreciéndole la llama de un fósforo.

Ni voluntad, ni deseo, ni sentidos, ni pasiones... un sayal, un muerto ambulante debajo.... Pero.... Artegui se inclinó a Lucía con inquietud. ¿Me comprendes? interrogó de pronto. , ... dijo ella, y su cuerpo temblaba.

Fortunata no decía nada. La enferma se inclinó hacia ella, y dándose unos aires evangélicos, en el tono que podría emplear un pastor de almas, le amonestó así: «Arrepiéntete, chica, y no lo dejes para luego. Vete arrepintiendo de todo, menos de querer a quien te sale de entre ti, que esto no es, como quien dice, pecado.

Suele mirar las cosas por diversos lados, y según el lado por donde las mira, las ve con aspecto distinto. Me inclino a creer que a todo el mundo le sucede lo mismo. La diferencia está en que yo lo confieso, y son raras las personas que lo confiesan.

Pero lo que importa más que nada es que no decaiga el ánimo, que no se abata el vencido y que no forme muy ruin y desesperada opinión de propio. Por lo expuesto me inclino yo a desaprobar la impía burla con que fustiga el señor Nogales a los habitantes de Oblita.

Por toda respuesta, se inclinó hacia la pequeña mano que le tendían y la rozó suavemente con sus labios. La joven corrió hacia la puertecilla del parque y antes de atravesar sus umbrales se volvió hacia Delaberge y le sonrió gentilmente. En seguida desapareció.

Jacinta se inclinó un poco hacia él, abriendo su abanico sobre las rodillas, y le dijo en tono muy cariñoso: «Amigo mío, es preciso que usted se cuide, y mire más por su salud. Esta tarde nos encontramos a Moreno Rubio en casa de Amalia, y me dijo que lo que usted padece no es nada; pero que si se descuida y no hace lo que él le manda, lo va a pasar mal.

A continuación se quitó la camisa, quedando sin más que los pantalones y las altas botas. Luego se inclinó, y agarrando dos puñados de nieve, empezó á frotarse el tronco, un poco angosto, y los brazos nervudos. El príncipe se estremeció de sorpresa y de frío, lo mismo que muchos de los espectadores.

Pero yo no me inclino a creer que sea el misticismo o el espiritualismo cristiano quien nos haga tan poco sensibles a la naturaleza y nos lleve tanto en pos del espíritu.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando