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Actualizado: 16 de junio de 2025
Dentro iba Guadalupe y toda su casa: un lío de colchones, dos sacos para la ropa sucia, una criadita mestiza que se sentaba á sus pies, tres gatos y un perro en la banqueta, junto á la señora, y un loro que se paseaba por la capota recogida, sirviendo de remate trasero á este vehículo triunfal. Todos los automóviles ignoraban la limpieza desde muchos meses.
Estos eran los únicos ó los mas principales que comerciaban en aquella edad por estos reinos: ellos los que ponian grandisimos precios á las mercaderías que hacian venir de otras naciones; pues como los españoles ignoraban el valor que ellas tenian al sacarse de las fábricas pagaban todo cuanto les pedian.
Esto iba á ocurrir de un momento á otro; tal vez fuese al día siguiente; tal vez había sido ya y lo ignoraban en la capital.
Además, don Carlos era considerado como el primer hombre del país, y representaba para él una desvalorización marcharse á aquellas tierras de gringos, donde ignoraban su historia y nadie le haría caso. Hasta espaciaba mucho sus viajes á Buenos Aires, pensando que los amigos de su juventud habían muerto y sólo podía encontrar á sus hijos ó sus nietos, que apenas recordaban su nombre.
Advertidos de que los seguían, se detuvieron, preparándose a un nuevo asalto, pero con gran prudencia, pues ignoraban la fuerza de sus enemigos. De cuando en cuando, algún bomerang sonaba en el aire y volvía a las manos del que lo había arrojado; pero la obscuridad protegía a los cuatro holandeses, los cuales apresuraban su retirada para no ser descubiertos.
¡No había en la multitud un alma que armonizara con la mía, y envidiaba de corazón a los cabos y sargentos que de nada se asombraban y parecían saberlo todo, no sabiendo nada en realidad, y a los soldados como yo, a quienes no les preocupaba lo que ignoraban, sino lo poco que sabían y tenían el coraje de estar alegres y de reír!
Después que don Quijote hubo bien satisfecho su estómago, tomó un puño de bellotas en la mano, y, mirándolas atentamente, soltó la voz a semejantes razones: -Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío.
Un instante después estaban borrachos, y con nueva contrata sellada. ¿En qué trabajo? ¿En dónde? Lo ignoraban, ni les importaba tampoco. Sabían, sí, que tenían cuarenta pesos en el bolsillo, y facultad para llegar a mucho más en gastos. Babeantes de descanso y dicha alcohólica, dóciles y torpes, siguieron ambos a las muchachas a vestirse.
Algunas, ignorando, como ignoraban todas, excepto la Butrón y la de Bara, el modo cómo había de nombrarse la junta, dejaron escapar la idea entre sus misteriosos cuchicheos, y la señora de Martínez, con ingenua sinceridad, algún tanto lugareña, soltó esta frase, que hubiera provocado en otra ocasión las crudas sátiras de la de Bara: ¡Esa sí que es una marquesa de veras!...
Semejantes refinamientos se ignoraban en la Fábrica. Ni a las viejas se les daba un comino de enseñar en la fuga del baile la seca anatomía de sus huesos, ni a las mozas un rábano de desfigurarse, verbigracia, pintándose bigotes con carbón. El caso era representar bien y fielmente tipos dados; un mozo, un quinto, un estudiante, un grumete.
Palabra del Dia
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