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Actualizado: 5 de julio de 2025


Las huelgas les olían á política, á algo peligroso en que no debían mezclarse los pobres. Y avisados de la bronca que preparaban los compañeros, deslizábanse prudentemente hacia su tierra, con el propósito de volver cuando todo pasase, aprovechándose entonces de las ventajas que los otros pudieran conseguir.

Entonces volvían todos los ojos hacia el rincón obscuro, donde el pobre compañero estaba en el trance de la muerte, lejos de los suyos y sin ayuda, y, acongojados los pechos, oíanse grandes suspiros. Eso es todo cuanto inspiraba a aquellos trabajadores del mar, pacientes y dulces, el sentimiento de su propio infortunio. Nada de sublevaciones ni de huelgas. ¡Solamente un suspiro!

Las heréticas prácticas de ellos y sus proposiciones, eran las de todos los alumbrados, tales como las predicaciones contra el matrimonio; sus diversas opiniones sobre los mandamientos, la oración y otros actos religiosos, según consta en la relación del proceso, de la beata y el clérigo: Catalina de Jesús se averiguó que «se trataba regaladamente y se entretenía en comidas y cenas de conversación y de huelgas en el campo con clérigos, sus devotos; y que con uno, en particular, tenía tanta comunicación y amistad, que se estaba con ella todas las noches hasta las diez y las once, y muchas veces solos y á oscuras, y que él tenía llave maestra de una puerta falsa de casa de las susodichas, por donde entraba de noche y de madrugada, y que viniendo él de fuera de Sevilla y saliendo de predicar iba á ver á la susodicha antes de entrar en su casa, haciéndose sospechar que no era bueno su trato: y que ella apoyaba y encarecía mucho la santidad del dicho clérigo y de otros sus devotos para acreditarlos; y de uno dijo que tenía oración en el sér de Dios, y otras cosas semejantes, de que fué testificada por 149 testigos, que se le dieron en publicación».

La aparición de la cuestión de salarios, de las huelgas, la escasez de brazos por la insignificante inmigración, la difícil vigilancia policial sobre el millón y medio de negros que de la noche a la mañana van a recuperar su libertad, muchos de ellos lleno el corazón de odios, todas las dificultados de un cambio radical van a constituir una crisis económica formidable.

Las huelgas por cuestiones de trabajo se desviaban para apedrear iglesias: las manifestaciones populares silbaban é insultaban á toda sotana que cruzaba la calle: hasta los motines contra el impuesto de Consumos tenían por final la quema de algún convento.

Si sus barcos se perdían, estaban asegurados; si las huelgas cerraban momentáneamente sus fábricas, no por esto sufriría su capital grandes mermas: si se agotaban las minas de Bilbao, él tenía otras y otras en distintos puntos de España, que aguardaban la explotación.

Eso es un error, Luis dijo el millonario. El trabajo está mejor que nunca. La prueba es que en todo el mundo baja considerablemente el interés del capital, mientras sube con las huelgas y las reclamaciones obreras el tipo de los jornales. ¡Bah! dijo el doctor con gesto de desprecio. ¡El aumento de unos reales en el jornal!

La verdad es que hoy el galán desdeñado no tiene más remedio que aguantarse. ¡Dichosos tiempos aquellos en que a un caballero era posible rodearse de allegados, deudos, parientes y escuderos, y sorprender palacio, asaltar castillo o violar convento para llevarse como en volandas a la mujer querida, así fuese dama, emperatriz o abadesa de las Huelgas! ¡Oh, miserables y menguados días modernos, en que cualquier juez protege a un egoísta y miserable marido!

El ingeniero reconocía la certeza de las observaciones del doctor. La situación de aquella gente era mala: su mejoramiento con las huelgas y los aumentos de jornal, era de un efecto momentáneo.

Su renombrada catedral, una de las mas bellas de Europa, es majestuosa, gallarda, elegante; ataviada con el manto gótico que sus arquitectos la vistieron, se presenta al espectador con todo el interes de un monumento del arte. Las Huelgas, célebre monasterio, fundado por Alfonso VIII, llama tambien la atencion del que viaja para estudiar.

Palabra del Dia

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