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Actualizado: 29 de junio de 2025
En realidad, la Tierra es redonda. Su figura es la de una bola ó de un globo casi esférico. Podéis daros cuenta de ese hecho de la manera siguiente. Horizontes terrestres circulares=. Primeramente, cuando se está en medio de una extensa llanura, el horizonte tiene la forma de un círculo, cuyo centro se halla ocupado por el observador.
Y fue de ver como el señor Joaquín, ensanchando los horizontes de su comercio, acaparó todas las especialidades nacionales culinarias: tiernos garbanzos de Fuentesaúco, crasos chorizos de Candelario, curados jamones de Caldelas, dulce extremeña bellota, aceitunas de los sevillanos olivares, melosos dátiles de Almería y áureas naranjas que atesoran en su piel el sol de Valencia.
Posesionados de la cubierta después de arreglar el camarote, esperamos la visita de salida. A las doce, listos en toda regla, dimos vela con todo aparejo largo en demanda del Corregidor, con viento flojo del N., mar tranquila, barómetros altos y horizontes celaginosos. A las tres de la tarde el viento seguía muy flojo, en cambio el calor era insoportable. Apenas andaríamos una milla por hora.
Porque cerca está el día de borrar horizontes, la Distancia y el Tiempo, y el espíritu libre de opresores cadenas y ergástulas, ya podrá remontarse en idéntico azul bajo todos los cielos, que serán uno solo para todo el Imperio y los mares, y los pechos unidos en un grito que escuchen las edades remotas harán a Don Quijote, Emperador... ¡Y tu, la hija menor, oh, Filipinas!
Levantó sus hermosos ojos hacia los verdes ramajes que se movían más allá de los ventanales, como si buscase en el ancho espacio la imagen del marido soñado y continuó con la mirada fija en los lejanos horizontes: No deseo ni un buen mozo, ni un hombre de mundo... Yo desearía que fuese joven mi marido, pero que su juventud estuviese hecha de entusiasmo, de ardor, de ternura... Que no tuviese nada de frivolidad, ni de las elegancias superficiales de los jóvenes de hoy.
Los que conozcan de cerca las faenas tipográficas y además hayan visto experimentalmente los horizontes que tiene en España el comercio de libros, se pondrán de mi parte cuando me oigan repetir lo que dijo primero el loco de Cervantes y después Pereda en esta forma: «no es para todos la tarea de hinchar perros en esta catadura».
Desde el impulso dado á la crítica por Lessing, extendiendo sus horizontes y no contentándose ya con las reglas y los antiguos modelos, se había sentido en Alemania afición extraordinaria al estudio de las literaturas extranjeras, como lo prueban los muchos escritos de autores distinguidos de esta época, entre los cuales, por su relación especial con nuestra literatura, sobresale en primer término Augusto Guillermo Schlegel.
Llevado de un colegio a otro colegio hasta el día de su entrada en la Escuela Forestal, puede decirse que no conoció el pueblo en que había nacido, y por consiguiente, nada sabía de aquellos cariños que lentamente se forman en el corazón del hombre y le unen para siempre a la provincia en que nació, a la casa en que se hizo hombre, a las piedras, a los árboles, a los horizontes que cada día sus ojos contemplaron.
Esta soberbia decoracion, que tanto me seduce y encanta, hermosea á mis ojos las calles de Torino, cierra majestuosamente los horizontes con montañas de plata que al esplendor del sol deslumbran, nos ofrece dentro de la ciudad las espléndidas magnificencias con que Dios engalanó su perfecta obra, y embellece todo, el cuadro y los accidentes.
La uniformidad intelectual que estancó la actividad mental de los árabes en el apogeo de su grandeza, por la reducción a un común denominador, resultante de la circunscripción del pensamiento a una revelación inampleable, pesó también sobre los cristianos durante los diez siglos en que estuvieron obligados a la pasividad del creyente forzoso en otra revelación infranqueable, y que se caracterizaron por la más desesperante esterilidad, en todos los terrenos en que ha realizado adelantos portentosos el entendimiento moderno que pasó las fronteras del entendimiento antiguo; no franqueadas aún por los abisinios, los maronitas, los armenios, la inmensa mayoría de los rusos, más de la mitad de los españoles y los tres cuartos de los sudamericanos, todavía encerrados por la credulidad en el redil de la fe, mientras fuera de ella, el espíritu crítico ha logrado ya crear una fuente de renovación intelectual inagotable, cuya superioridad proviene, precisamente, de la circunstancia a que Brunetière atribuía su supuesta bancarrota: de su incapacidad para cerrar en ninguna dirección los horizontes del espíritu humano con una explicación definitiva e infranqueable.
Palabra del Dia
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