Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 5 de mayo de 2025


La marquesa miraba de hito en hito a Simón mientras éste iba hablando; pero en Simón caían aquellas miradas, que no eran de miel, como chispas de pedernal en un montón de nieve. En seguida le dijo: Insisto en que se ha robado mucho en esta casa; mucho más de lo que se ha gastado en ella..., y hasta cómo se ha robado... Perdone la señora marquesa que, como administrador...

Y sean de su voz fieles testigos Dichos que represente, y de sus plantas Bayles, que no echará por esos trigos: Antes promete admiraciones tantas, Y con primor tan raro y exquisito, Que venza á quantas hay representantas, Porque su pie se arroja tan perito, Que turba la atención del que curioso La está mirando entonces de hito en hito.

A todo esto, ella me miraba de hito en hito; hasta que, sin llegar yo a decirla cuanto pensaba decir, bañó toda su faz noblota y rozagante en una sonrisa que pudiera llamarse inmensa, si se midieran las sonrisas como las superficies; arrancó hacia con ambas manos tendidas, y exclamó cortándome el descosido discurso de repente: ¡Virgen la mi Madre! Usté es el sobrino de don Celso.

Ya lo veo, ¿pero antes no has devuelto ninguna de las bofetadas que te han dado? Ninguna. ¿Y para qué quieres entonces esas manazas que Dios te ha concedido? Si le hubiera pegado, me llevarían a la cárcel. Miguel volvió a mirarle de hito en hito, y quitándose el sombrero con afectado respeto, le dijo: ¡Oh, varón prudentísimo, yo te saludo!

Buenas tardes, señores dijo Ronzal sentándose en el corro. Dejó los guantes sobre la mesa, pidió café y se puso a mirar de hito en hito a Joaquín, que hubiera querido hacerse invisible. ¿De quién se murmura, pollo? preguntó el diputado dando una palmada en el muslo no muy lucido del sietemesino. Para piernas, Ronzal.

Acudió el perro negro y puso su hermosa cabeza sobre las rodillas de la dama, mirándola de hito en hito con sus ojos negros y cariñosos, a cuya dulzura nada podía compararse. Dejó de oírse la voz inefable del piano, y Beethoven, con su mundo de sentimientos y de formas, desapareció en el silencio como una viva luz tragada por las tinieblas.

Aquella noche, después de cenar, los dos viejecitos cayeron en la cuenta de que á Enrique Thomas, que ya pasaba de los dieciséis años, era necesario enseñarle un oficio. En una carrera no había que pensar; los pobres, como ellos, no deben poner el hito de sus ambiciones tan alto. Si fuese carpintero... dijo el padre: porque en París los carpinteros ganan mucho. Mejor sería ebanista. O sastre...

Miraba Sancho a don Quijote de en hito en hito, en tanto que los tales vituperios le decía, y compungióse de manera que le vinieron las lágrimas a los ojos, y con voz dolorida y enferma le dijo: -Señor mío, yo confieso que para ser del todo asno no me falta más de la cola; si vuestra merced quiere ponérmela, yo la daré por bien puesta, y le serviré como jumento todos los días que me quedan de mi vida.

Como hacía siempre que declaraba algún testigo, el acusado contemplaba ahora al P. Narciso de hito en hito, con mirada firme y tranquila. El coadjutor habló con los ojos puestos en el suelo, y todo el mundo aplaudió su modestia y la moderación de sus palabras. Salió luego por la puerta de los testigos don Martín de las Casas.

Miróle Diógenes un momento de hito en hito, pensando sin duda que más presto se conoce la necedad o el talento de un hombre por sus preguntas que por sus respuestas, y díjole al cabo: ¡Ya lo creo!... Ven acá... Y llevándole frente a un espejo, y cogiéndole con una mano por el cogote, diole con la otra una gran palmada en la cabeza, añadiendo muy serio: Aquí tienes a la madre...

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando