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Actualizado: 13 de junio de 2025
Yo te lo agradezco, porque comprendo cuán sincero era aquel sacrificio; pero no quiero aceptarlo.... Dicen que yo fuí héroe en cierta ocasión; pues aquello de Boteros es tortas y pan pintado en comparación de este arranque de energía que acabas de ver, hija mía, porque esto me ha costado más luchas, porque yo también sé hacer un sacrificio.
Para el héroe legendario es una gran fortuna que un poeta de mérito se apodere de él, pero mayor fortuna aún es la del poeta que logra dar con el héroe. Don Juan debe mucho a Tirso, y Tirso más a Don Juan, Lisardo a Espronceda y Espronceda a Lisardo. Del mismo modo debe mucho Fausto a Goethe y Goethe a Fausto.
Y después, como una consecuencia grave de lo que había dicho antes, añadía: Napoleonen pauso gaiztoac ondó dituzu icasi. No era fácil comprender qué malos pasos de Napoleón habría aprendido Manolita. Probablemente Manolita no tendría ni la más remota idea de la existencia del héroe de Austerlitz, pero esto no era obstáculo para que la canción en boca de Tellagorri tuviese muchísima gracia.
En las barberías de los barrios bajos hablaban de él con entusiasmo, profetizándole los mayores triunfos. El héroe andaba de taberna en taberna bebiendo copas y engrosando el núcleo de partidarios.
Todo lo había hecho con arreglo á los ritos, para que dos caballeros pudieran matarse dentro de la más estricta corrección; pero ahora, en el momento supremo, se daba cuenta por primera vez de que estos dos hombres eran su príncipe y Martínez, su compatriota, su héroe. Se extrañó de cómo había podido llegar hasta allí.
Yo brindo señores en primer término por el Honorable Presidente de la República, por el héroe de Arroyo Blanco, por el primer magistrado de la nación, que es el primer ciudadano de la República.
Como un galgo persigue al través de la verde llanura á la liebre que acaba de levantar entre la maleza, así el héroe de la Braña seguía y apretaba cada vez más al ilustre guerrero de Lorío. Los de uno y otro bando se mantienen suspensos y anhelantes contemplando la carrera de sus jefes, el uno fugitivo, el otro corriendo sobre sus pasos.
En sus lanzas filosas levantaron Los sicarios del déspota cruel, Del inmortal Castelli la cabeza, Del hijo noble de ochocientos diez. De la sangre del mártir de la Patria De cada gota un héroe ha de nacer, Sangre fecunda, como fué fecunda La de los muertos de ochocientos diez.
EL público que ha sentido la emoción de la poesía, que ha reído con las comedias y que ha seguido febril por el interés los episodios de un héroe de novela, tiene, sin duda, una gran curiosidad por saber cómo han sido escritas las obras literarias de su predilección.
Al día siguiente, encerrado con el general en uno de los dos kioscos del jardín, le conté mi lamentable historia y los motivos fabulosos que me impulsaron a venir a Pekín. El héroe me escuchaba silencioso, retorciéndose sombríamente su espeso bigote de cosaco. ¿Sabe usted el idioma chino? me preguntó de repente, clavando en mí sus pupilas sagaces.
Palabra del Dia
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