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El tío Goro suspendió la lectura y miró á su mujer con ojos severos, donde se traslucía la emoción con trabajo reprimida. Nolo se había puesto pálido y miraba al suelo fijamente. Bueno... basta, mujer... Al cabo siguió la lectura. «...porque siempre deseaban verme gorda. Pues sabrá, madre, cómo las señoras me han traído á un colegio, porque dicen que en casa aprendo poco.

Se separaron en las afueras de Jerez. Rafael se marchaba al cortijo. Quería estar allí, ya que tenía noticia de lo que se preparaba para la tarde en los llanos de Caulina. Va a haber bronca, y gorda. Dicen que hoy se lo reparten too y lo queman too, y que se van a cortar más cabezas que en una batalla de moros... Yo a Matanzuela, y al primero que se presente con mala intención lo recibo a tiros.

Hay quien, puesto a anotar uno cualquiera, explica lo que buenamente se le alcanza, y en cuanto a lo que no, hace, como dicen, la vista gorda y pasa de largo sin decir palabra, dando a colegir con su silencio que aquello que no explicó no lo ha menester, por ser cosa llanísima.

Lo único que pudo entrever en sus evasivas fué que la persona que la enviaba se había separado de ella al ver al capitán. Cuando se alejó la mensajera quiso seguirla, pero la gorda comadre volvió repetidas veces la cabeza.

Trampeta miró al funcionario con la mezcla de asombro y de gozosa ironía que las personas de educación inferior muestran cuando oyen a las más elevadas decir una simpleza gorda.

Pues yo me temía que no viniera, motivado al frío que hace, y pensé que, por ser día de perra gorda, el buen señor suprimía la festividá. Hubiéralo dado mañana, bien lo sabes, Crescencia, que D. Carlos sabe cumplir y paga lo que debe. Hubiéranos dado mañana la gorda de hoy, eso ; pero quitándonos la chica de mañana. Pues ¿qué crees , que aquí no sabemos de cuentas?

Otras veces decía: ¡Joan de Madrid, el mayor! Su padre de Joan de Madrid fue casado con Ana de Acevedo, la gorda. Y callaba otro poco. Al fin, con estas cosas, el alcaide me daba de comer y cama en su casa, y el escribano, solicitado de él y cohechado con el dinero, lo hizo tan bien, que sacaron a la vieja delante de todos en un palafrén pardo a la brida, con un músico de culpas delante.

Hemos convenido en que yo siga haciendo la vista gorda y no dándome por entendido de nada.

Claro es que todo esto venía á gravar en último punto sobre la gran masa del reino, sobre el pobre, sobre el débil, sobre el querelloso; pero importaba poco: era necesario que el rey recibiese de todas partes plácemes por el buen gobierno del duque de Lerma. Desde el amanecer estaban trabajando en esto el duque y su secretario. Santos, á pesar de que hacía frío, sudaba la gota gorda.

Una estocada que le traspasase el corazón, un tiro que le deshiciese la cabeza; esto era lo que mejor representaba mis sencillos deseos, y en ello me detuve con voluptuosa complacencia. Si yo fuera un hombre aturdido, falto de previsión y de cálculo, quizá hubiera hecho aquella noche una barbaridad muy gorda.