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Actualizado: 13 de junio de 2025
Fracastoro, en los versos que me sirven de epígrafe, considera posible el advenimiento de una casta de superhombres; pero no serán buenos, sino que serán descomedidos y feroces gigantes que no dejarán títere con cabeza, que se levantarán contra Dios, y tratarán de arrojarle del cielo, y que de nosotros harán sus víctimas y sus esclavos.
Amarrado cerca del muelle un yate, enano rodeado de gigantes, elevaba su pabellón tricolor entre las banderas azules de Inglaterra. La de más edad de las dos damas mostró á la otra el yate: Ahí está Magic, dijo; descendamos al muelle.
Ambas se combaten y entregan á una lucha inmensa que es armonía y la salvación del género humano. En la gran cacería universal contra la raza maldita, los ojeadores, los encargados de impedir que la masa se disperse, los que la empujan hacia la playa, son los gigantes del mar.
Otros autores afirman, basándose en el testimonio de personas que trataron á Enlame y pudieron oir sus confidencias, que el audaz liliputiense apenas fué conocido por la generalidad de los gigantes.
Los viejos álamos que bordan el río se inclinan unos hacia otros, como fantasmas gigantes que bailan a media noche, en largas filas, una danza mágica. El cielo está velado por nubes sombrías, todo es negro en los alrededores; sólo la espuma, de color de nieve, esparce un resplandor incierto, que, como la bruma, difuma los contornos de las cosas. Arriba resalta la balaustrada del pequeño pasadizo.
En los recovecos de la costa marcábanse vigorosas sombras que parecían dar vida y formas animales a las piedras. A lo lejos, un promontorio semejaba un león acurrucado junto a las olas, mirando a Jaime con hostilidad silenciosa. Los peñascos a flor de agua sacaban y ocultaban sus negras cabezas coronadas de melenas verdes, como gigantes anfibios de una humanidad monstruosa.
Decía él que el Cid Ruy Díaz había sido muy buen caballero, pero que no tenía que ver con el Caballero de la Ardiente Espada, que de sólo un revés había partido por medio dos fieros y descomunales gigantes.
Cortando luego las corpulentas hayas y los pinos y cedros seculares del Líbano, haciéndolos llevar en hombros de los más robustos varones de las naciones vencidas, como de los refaim, por ejemplo, raza descomedida de gigantes, que casi ladraban en vez de hablar; y trabando entre sí los leños con arte y maestría, hizo formar Salomón flotantes castillos que resistiesen el ímpetu de los huracanes y el furor de las olas.
FADRIQUE. Aquí que de esmeraldas Componen estas sombras, Colgaduras al monte, al valle alfombras, Siendo en tantos colores Gigantes de zafir, pira de flores, etc.
Pasó un mes lento y sordo, a media luz, con las nubes a ras de la tierra, y llegó marzo alzando un poco la frente sobre las montañas gigantes que ensombrecían la vega. Cuando marzo llegó, el enfermo de la casona se estaba muriendo. El médico que le asistía solicitaba «una consulta» con acento augural, y doña Rebeca había llamado a Salvador pensando: éste no me cobra nada....
Palabra del Dia
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