Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 3 de mayo de 2025


La tormenta estaba encima. Son ustedes muy maliciosas. Es cierto que estuve en la casa del señor Fernández..., ¿y qué? ¡Vaya! ¡Vaya! Confiesa usted... exclamó Luisa, abanicándose. Nada tiene de extraño. Ya saben ustedes que los negocios.... Fuí a recoger una firma. ¡Puede! Si nosotras estábamos allí.... Fuimos a pagar la visita. Ya nos daba vergüenza ver a Gabriela.

Al comenzar la tarde, la bruma se apoderó del mar, y fuimos navegando a ciegas. El hambre, la sed y el cansancio nos impulsó a acercarnos a tierra. Hacía más de veinticuatro horas que llevábamos sin comer; teníamos las manos ensangrentadas. Aterramos en una playa desierta, próxima a un pueblecito que tenía su puerto.

¡El demonio no te llama Isabel!... ¡El demonio te llama voz de mentira, cuervo de ingratitud, sierpe de hipocresía, brasa de lujuriaSólo la santa de quien fuimos verdugos te llama Isabel! ¡Ay, para ella todos éramos sus hijos!... ¡Pero Satanás no tiene en los labios el amor de aquella boca ya muda!... ¡Isabel, para mi te llamas remordimiento, y esa bruja, bruja!

No volví a asistir a las reuniones hasta muchos años después. Abrió mi padre, al fin, la zapatería con gran fortuna, y nos fuimos a vivir al local del establecimiento, de la parte del patio.

Animales no hay sino guanacos, zorros, gaviotas, batutues, muchos patos de varias layas, y otros pajaritos chicos muchisimos, como tambien bastantes avestruces. El 24 de Enero fuimos al arroyo, á donde acabamos de carenar la embarcacion, y cargamos de sal: tambien cortamos dos pies del palo del trinquete porque estaba demasiado largo.

Distan de los Mepenes 40 leguas. De allí fuimos á los Agaces, que tambien se mantienen de caza y pesca. Indios é indias son altos, y estas se pintan y cubren como las antecedentes. Recibiéronnos de guerras, queriendo estorbarnos el viage; y no pudiendo reducirlos á razon, peleamos con ellos en agua y tierra, y matamos á muchos: de los nuestros murieron 15.

Dos horas fuimos hablando, y en ellas me contó Ninay, con una encantadora naturalidad, una verdadera serie de superfluidades para , pero que constituían para ella un mundo. Me habló de su cocal, de la saya que tenía preparada para el baile, de la peineta de su amiga Chichay, del imbay del Moro y del Rosillo, y por último de su novio.

No se qué vas a hacer cuando me embarque le decía. Entonces, ya veremos. Como tenía tantas dificultades para andar en lancha, decidimos Zelayeta y yo comprar un barco de juguete para ver cómo se hacían las maniobras, y fuimos los dos a casa de Caracas, que era el maestro constructor de aquella clase de barquitos.

Desde aquí hicimos rumbo, para llegar lo más pronto posible a la región de los alisios, que pensábamos encontrar hacia los paralelos 18° ó 20°; pero no tuvimos suerte. Al doblar el Cabo de Buena Esperanza luchamos con una violenta tempestad, que por poco no nos arrastra hacia los escollos del continente africano, y en todo el resto del viaje fuimos padeciendo borrascas y tiempos duros.

CAP. XXVII. De como nos mudamos, i fuimos bien refcibidos.

Palabra del Dia

tundas

Otros Mirando