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Actualizado: 10 de julio de 2025
Y como la cultura musulmana no se había detenido aún en el choque de estas dos civilizaciones unilaterales, por la disputa del Santo Sepulcro, pudo verse que, en ferocidad y crueldad inútiles, los caudillos cristianos eclipsaron a los mahometanos, como los rusos a los japoneses en nuestros días.
Tremendo es uno de ellos por su obstinación y ferocidad. Es su nombre Currito el Guapo, y es hermano de la estanquera, mujer también de notable mérito, muy joven aún y famosa por su hermosura y gallardía. Currito, tan celoso de su honra como los galanes de Calderón en las comedias de capa y espada, no consiente que nadie requiebre a la estanquera si no viene con la buena fin.
Un indio, atravezado con una lanza por el pecho, tuvo la ferocidad de arrancársela con sus propias manos, y despues seguir con ella á su enemigo, todo el breve tiempo que le duró el aliento: y otro, á quien de un bote de lanza le sacaron un ojo, persiguió con tanto empeñó al que le habia herido, que si otro soldado no acaba con él, hubiera logrado quitar la vida á su adversario.
Rosa, atemorizada, bajó la cabeza; pero aún dijo con firmeza: Porque no me gusta para marido. Apenas había pronunciado la última palabra, cuando su padre cayó sobre ella como una fiera; la volcó en tierra y se puso a darle coces con increíble ferocidad. Parecía golpear sobre una vaca.
En el arroyo el sollo se arroja sobre la espínola, y ésta á su vez sobre el gubio: todo animal es para otro un cebo, un plato ya servido. Entre los hombres, la lucha no ofrece ese aspecto de tranquila ferocidad, pero nos miramos unos á otros con rencor y odio, envidiosos del manjar que nuestro hermano se lleva á la boca, al cual no todos tenemos derecho, según parece.
Maltrana miraba estos animales sórdidos, de salvaje ferocidad, con gran repugnancia. Recordaba las confidencias del Mosco, indignado contra ciertos vecinos que, al encontrar en Madrid un perro muerto, se lo traían en el carro, arrojándolo en el corral, donde al poco tiempo sólo era un esqueleto descarnado.
Pero nada fué bastante á disminuir aquella ferocidad, y fué preciso que algunos de los nuestros con evidente peligro de sus vidas los buscasen, para sacarlos de las profundas cuevas en que se habian metido, donde se dejaron hacer pedazos, antes que entregarse: y hubo rebelde, que ganando el tercio del fusil al soldado que lo perseguia, forcejeó atrevidamente con intencion de despeñarle, y lo hubiera conseguido por lo escarpado del terreno, si no lo socorriese prontamente un compañero suyo.
¡Zángano!... ¡mala puñalada te mate!... bramaba Mauricia, que ya tenía pocas fuerzas y había caído al suelo . ¡Un sacerdote pegando a una... señora! Que le traigan su ropa gritó Sor Natividad . Pronto, pronto. Me parece mentira que la veré salir... Mauricia ya no se defendía. Había perdido su salvaje fuerza; pero su semblante expresaba aún ferocidad y desorden mental.
Ponderaron también la ferocidad de los toros que ellos cuidaban, se quejaron de la poca reputación que tenían y aún pronosticaron que al fin habían de abrirse camino hasta la magnífica plaza de Madrid, donde competirían con los de Veragua y los de Miura matando caballos a porrillo y metiendo en puño los animosos corazones de Lagartijo y de Frascuelo.
Lo más irritante es que la guerra va tomando un carácter de ferocidad que espanta.
Palabra del Dia
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