Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 30 de junio de 2025


Limitábanse a coger del brazo a las mujeres y a irlas sacando al patio: era una lucha parcial, en que había de todo: chillidos, pellizcos, risas, palabras indecorosas, amenazas sordas y feroces.

Sabido es que los moros, hordas en un principio de feroces guerreros, se convirtieron con sorprendente celeridad en uno de los pueblos más civilizados de su tiempo, cual se demuestra por la perfección que alcanzó su arquitectura, por lo que adelantaron en diversas ciencias á las demás naciones de Europa, y por la importancia que tuvo Córdoba, su capital, punto de reunión de los sabios de todos los paises.

Si los tres barquitos con su puñado de tripulantes se encuentran, al tocar tierra, con los indios feroces de la América del Norte o los belicosos aztecas de Méjico, de seguro que no vuelven... ¡y se acabó Colón! Sólo al final del viaje continuó Maltrana habla el Almirante de su compañero, con cierto encono.

Algunas obras de esta especie pueden calificarse de dramas épicos. Tal es La prudencia en la mujer, una de las obras más notables del teatro español, que describe, con grandes y atrevidas pinceladas, las luchas feroces de los partidos durante la minoría de Fernando IV y el heroísmo de la Reina madre, triunfando de la obstinación de sus rebeldes vasallos.

Decir cómo aquella casa llena de comodidades se deshizo en unos cuantos días; contar cómo las feroces prenderas llegaban, venían, tasaban, huían, llevándose en las garras, cuál un dorado reloj, cuál la alfombra o lavabo, sería lacerar el corazón de nuestros lectores. Isidora, que no sabía regatear comprando, era vendiendo enemiga de entorpecer los negocios con prolijas discusiones.

Pedro no hallaba palabras oportunas, sino aquella confusión y malestar que la gente dada a la frivolidad y el gozo experimenta en la compañía íntima de una de esas criaturas que pasan por la tierra, a manera de visión, extinguiéndose plácidamente, con la feliz capacidad de adivinar las cosas puras, sobrehumanas, y la hermosa indignación por la batalla de apetitos feroces en que se consume, la tierra.

Las tribus litorales son agrestes, pero no feroces, y ninguna de ellas se ha resistido al deseo de colonizarlos. El mal exito de estos ensayos debe buscarse en otras causas, y algunas de ellas hemos indicado en nuestros precedentes articulos.

Por lo dicho se explican las visitas de Antoñona a D. Luis, sus palabras, y hasta los feroces, poco respetuosos y mal colocados pellizcos, con que maceró sus carnes y atormentó su dignidad la última vez que estuvo a verle. Pepita, no sólo no había excitado a Antoñona a que fuese a D. Luis con embajadas, pero ni sabía siquiera que hubiese ido.

Eran estómagos rabiosos que limpiaban las aguas de toda vida animal, digiriendo en un vacío de muerte. Hasta las bacterias é infusorios parecían huir del líquido que envolvía á estos solitarios feroces. Ferragut pasó varias mañanas contemplando su traidora inmovilidad, seguida de desdoblamientos mortales apenas una presa descendía en el estanque.

Demostrado con toda evidencia deja el señor conde que el espectáculo más nacional en España es el de las corridas de toros. Demuestra además con gracia, discreción y abundante copia de razones que las tales corridas no son feroces, ni inmorales, ni merecedoras de la censura acerba que no pocos sujetos autorizados y varios escritores de nota han lanzado contra ellas en épocas distintas.

Palabra del Dia

godella

Otros Mirando