Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 17 de julio de 2025


Es elocuente en alto grado; ameno a veces, a veces sublime, y tan rico siempre de doctrina, de atrevimientos, de ideas originales y de clara y bien ordenada exposición de las ideas de otros, que sugiere, despierta y suscita en cualquier espíritu, aunque sea pobre e infecundo como el mío, tan grande tropel de pensamientos y tan enmarañada madeja de raciocinios, que si no fuese por miedo de fatigar a mis lectores, no me aquietaría yo con escribir este artículo, sino que escribiría una docena, y aún se me quedaría mucho por decir.

Llegaron, pues, a ella, y, asiéndola por la mano el cura, prosiguió diciendo: -Lo que vuestro traje, señora, nos niega, vuestros cabellos nos descubren: señales claras que no deben de ser de poco momento las causas que han disfrazado vuestra belleza en hábito tan indigno, y traídola a tanta soledad como es ésta, en la cual ha sido ventura el hallaros, si no para dar remedio a vuestros males, a lo menos para darles consejo, pues ningún mal puede fatigar tanto, ni llegar tan al estremo de serlo, mientras no acaba la vida, que rehúya de no escuchar siquiera el consejo que con buena intención se le da al que lo padece.

Para no fatigar á los que me lean no seguiré extractando aquí el inmenso cúmulo de acusaciones que lanza contra los jesuítas el autor anónimo. Recomendaré, sin embargo, la lectura del capítulo El Mujerío, porque tiene muchísimo chiste.

Pacheco, Pedro Mexia, Pedro Núñez Delgado, Espinosa de los Monteros, Alonso de Morgado y tantos otros más que ennoblecieron nuestra patria, recogerian, amorosamente, libros impresos y manuscritos, monedas y cuantos objetos curiosos venían á sus manos, afición que no decayó en los ilustres varones sus sucesores, trasmitiéndola á su vez á los que florecieron en el siglo XVIII, entre los cuales sobresalió por su amor é inteligencia en artes, letras y antigüedades el famoso D. Francisco de Bruna, á quien por su autoridad y prestigios llamaron, nada menos, que el Señor del Gran Poder, representante de la cultura sevillana de su siglo; muchos de todos los cuales, así como de los contemporáneos, trataremos en otra ocasión, para no fatigar al lector demasiado, con este ya tan largo artículo, contentándonos por ahora con citar los nombres de sus ilustres contemporáneos, Valiente, Serna, Sotelo, Blanco, Lista, Reinoso, Arjona, Forner, Oviedo, Marmol, Germán y Ribón y Baquerizo, con otros más que no recordamos en este momento.

Pepita se asusta y se escandaliza de esta improvisada fortuna, pero yo le digo que no sea tonta: si su hermano es y había de ser de todos modos un pillete, ¿no es mejor que lo sea con buena estrella? Así pudiéramos seguir extractando si no temiésemos fatigar a los lectores. Concluiremos, pues, copiando un poco de una de las últimas cartas.

Dicen algunos, poco, ó nada versados en la forma sylogística, que un discurso seguido sin argumentos sylogísticos, enfadosos por la molesta repeticion de probar la mayor, la menor, &c. es muy preferible al método escolástico, pues así se ve, como de un golpe, todo lo que se quiere probar y decir sin fatigar la atencion del entendimiento.

has pisado hoy malas yerbas, Simón... Ya hablaremos oportunamente de esas y otras cosas, con la necesaria tranquilidad. Ahora cumple el encargo que te he dado, y nada más. Cabalmente me hallas hoy en la peor de las condiciones para ocuparme en negocios que me obliguen a fatigar la cabeza con discursos ni con preocupaciones. ¿Se encuentra mal Vuecencia?

No pretendo fatigar al lector con apreciaciones especiales respecto de las obras artísticas de Ambéres, apreciaciones que parecerían pedantescas de mi parte. Así, me limitaré á hacer una rápida mencion de los monumentos y objetos que mas llaman la atencion.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando