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Actualizado: 28 de mayo de 2025
Los Españoles creian que, plantado primitivamente este vegetal, habia sido desparramado entre los bosques por los innumerables monos que en ellos abundan: como quiera que sea, él cubre actualmente superficies inmensas, y la sola faena de recogerlo rendiria un producto anual considerable.
Ofrecíles mi ayuda para aquella faena; pero la desdeñó Lita con un gestecillo muy intencionado y dos frases de cortesía para templarle.
He registrado toda la casa, hijos decía el alcalde á los alguaciles y no he encontrado nada de lo que buscaba; es una nobilísima familia, á quien conozco, y que me merece la mayor confianza. Vámonos, pues, pero ya que estamos de faena, rondemos un poco por estos barrios, que no son muy seguros.
Resultaban malos trabajadores porque trabajaban para otros; porque tenían la obligación de defender su vida miserable unos cuantos años más, huyendo el cuerpo a la faena, prolongando los ratos de descanso concedidos para fumar un cigarro, llegando al tajo lo más tarde posible y retirándose cuanto antes. ¡Para lo que les daban!... Pero que tuviesen su parte de tierra, y la cuidarían, peinándola y acicalándola a todas horas como una hija, y antes de que clarease el día estarían ya en ella con la herramienta en la mano.
Todo chorreaba vino nuevo: los muros transpiraban humedad de vendimia; pesados vapores formaban niebla en derredor de las luces. El señor Domingo estaba entre los peones ocupados en la faena de prensar y alumbraba sosteniendo una lámpara de mano a cuya luz le descubrimos en aquella semioscuridad.
Terminada su inútil faena, sin más provecho que dejar sembradas amenazas, de que nadie hizo caso, Reyes decidió a media tarde montar a caballo para ir a pernoctar en la capital del concejo y del partido, a dos leguas, por la carretera. Antes del anochecer, se proponía llegar a Raíces, que estaba al paso, y detenerse media hora; ¿para qué? No sabía.
Mas en medio de la faena, el diestro sufrió una colada y perdió enteramente el aplomo; dio otros tres o cuatro pases sin confianza y descompuesto; y deprisa y corriendo, sin estar bien cuadrado el animal, lió el trapo bastante lejos y se tiró a paso de banderillas. La estocada resultó un bajonazo de lo más malo que nunca se hubiera visto.
Después de la cena se reunían todos en casa del padre, y mientras los cuatro hombres, sentados en tajuelas frente al fuego, departían gravemente sobre la faena del día siguiente, la madre y la hija, hilando un poco más allá, no perdían de vista á los niños que correteaban por la vasta cocina. Al cabo se rezaba el rosario.
Al saber que la gentuza entraba en la ciudad, se había metido con su valiente acólito en el colmado del Montañés, cerrando bien las puertas para que nadie les estorbase. Había que hacer genio, beber un poco antes de emprender la faena. Tiempo les quedaba para salir y hacer correr a tiros a la canalla.
Arrodillada sobre una piedra ancha y lisa una campesina estaba lavando, inclinada la cabeza y al parecer dándose gran prisa para acabar cuanto antes su faena... Al rumor de los pasos de Delaberge, levantó curiosamente la cabeza y suspendió el trabajo para mirar de hito en hito al paseante.
Palabra del Dia
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