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Actualizado: 25 de junio de 2025


No quiero pecar de prolijo ni ser tildado de jactancioso, y por eso no cuento aquí por menudo las cosas extraordinarias que en España hicimos. Te diré, no obstante, que fue mi cercano pariente aquel gran rabino de Toledo que redactó la exposición, y fue el primero en firmarla, dirigiéndose a Caifás y tratando de convencerle, para que no condenase al santísimo Hijo de María.

Este poeta, al lado de esas condiciones extraordinarias, tenía una afición particular á lo exagerado y á lo extraño, como se manifiesta en los argumentos caprichosos de sus comedias, y en sus verdaderas extravagancias en el desenvolvimiento de los mismos.

Morsamor y los suyos creyeron oír frecuentes estampidos como de disparos de bombardas, y hasta imaginaron columbrar el resplandor siniestro que a los estampidos precedía. Sin temor, no obstante, aunque con extraordinarias precauciones, se fueron acercando hacia donde sonaban los disparos.

Su alma impresionable, combustible, móvil y superficial, se teñía fácilmente del color del periódico que andaba en sus manos, y lo reflejaba con viveza y fidelidad extraordinarias. Nadie más a propósito para un oficio que requiere gran fogosidad, pero externa; caudal de energía incesantemente renovado y disponible para gastarlo en exclamaciones, en escenas de indignación y de fanática esperanza.

¿Cómo van ustedes á ir á la Nueva-Caledonia? En un yate que fletaremos. Nos conviene tener á nuestra disposición los medios más perfectos y más rápidos. ¿Se presentarán ustedes á las autoridades coloniales? , como viajeros. ¡Ah! dijo el magistrado, que se puso pensativo. Es una de las cosas más extraordinarias que he visto hace mucho tiempo.

Pero ¿qué es esto? Estáis como si nada os hubiese acaecido. ¿Es cierto lo que se dice de un maravilloso médico alemán, salido de entre las ruinas de un fuerte y las de un convento, como una de esas creaciones fantásticas? Contadnos, duque, todas esas cosas extraordinarias.

Experimentaba una especie de embriaguez, iba saturado de emociones extraordinarias, que francamente se manifestaban en mi rostro, en el aspecto de toda mi persona. ¿Qué tienes, mi hijo querido? dijo mi tía al verme. He caminado muy de prisa le contesté con cierto desvío. Me examinó de nuevo, y con un ademán de madre inquieta me atrajo bajo el fuego de sus ojos claros y profundos.

Durante cuatro años trabajé doce horas diarias, sin ningún día de descanso. Hubo semanas extraordinarias en las que aún fué más larga mi jornada.

Esta visión perpetua, fenómeno propio de la juventud, tenía en él proporciones extraordinarias; su fantasía tenía una poderosa fuerza conceptiva, y puede asegurarse que esta gran facultad era para él un enemigo implacable, un demonio atormentador. Con este carácter, fácil era que brotaran en él todas las grandes pasiones expansivas, y que crecieran hasta llevarle á la exaltación.

Hubiera sido mi novela un pasmoso tejido de extraordinarias aventuras, con un fundamento real del que la historia da testimonio, aunque conciso. Mi deseo de escribir esta novela no se ha disipado nunca. Lo que se ha disipado es mi esperanza. Para escribirla como yo me la figuraba era menester reunir y formar un inmenso aparato de erudición, y para esto me faltó siempre la paciencia.

Palabra del Dia

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