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Actualizado: 6 de junio de 2025
No, no; nunca estés triste... A través del espacio, que guarda los arcanos de nuestro amor sin calma, enlacemos, despacio, el alma de las manos y las manos del alma. Cercedilla, Septiembre 1922. Nació en Ilo-Ilo el 20 de Octubre de 1893.
Algunas veces, al encontrar en la calle a obreros despedidos de sus bodegas, indignábase porque no le saludaban. «¡Tú! decía imperiosamente; aunque no estés en mi casa, tu deber es saludarme siempre, porque fui tu amo».
Ha sido la cocinera. Yo no guiso para ti. Te fastidiaste. Prima, esta yemecita. Por mí. No me robes del plato, goloso. Que no te lo doy, ea. ¿No tienes ahí la fuente? ¿A que te lo atrapo? Cuando más descuidada estés.... ¿A que no?
Bien, pues, adiós..., hasta luego... Espérame a la salida. Cuando ya se había alejado unos pasos se volvió para decirle, bajando cuanto pudo la voz: Cuidado que cumplas eso... Y que estés con devoción, ¿eh? Ricardo hizo señal afirmativa mientras se dibujaba en sus labios una sonrisa feliz.
Ama y criada comieron juntas, y de sobremesa Doña Paca le decía: «No debes escatimar el tiempo a esos señores; y aunque tu obligación es servirles no más que hasta las doce, si algún día quieren que te estés allí por la tarde, estate, mujer, que ya me entenderé yo aquí como pueda. Eso no respondió Benina , que tiempo hay para todo, y yo no puedo faltar de aquí.
Déjame acabar: lo que no pasa, es que tengas disgustos, que estés apesadumbrado y me lo calles. ¿Tan tonta soy, que no sirvo para decirte ni una palabra de consuelo? ¿Y qué tiene que ver esta ternura, alma mía, con el descubrimiento? Pues no puede estar más a la vista.
9 ¿Cómo, pues, harás volver el rostro de un capitán de los más pequeños siervos de mi Señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y hombres de a caballo? 10 ¿Y por ventura vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin el SE
Mientras estés allá, rezaré tanto por ti, que te has de curar, sin saber de dónde te viene el remedio. Lo que menos pensarás tú, tontín, es que la rata eclesiástica te ha tomado por su cuenta y te está salvando sin que lo adviertas.
Entonces articuló con voz profundamente tomada es lo que pienso, lo que tú sabes que yo pensaba cuando mentiste anoche. De modo... Bueno, dejemos, no es nada. Hasta mañana. Lo detuve del hombro y se dejó caer en seguida en la silla, con la cabeza sobre sus brazos en la mesa. Quédate le dije. Vas a dormir aquí conmigo. No estés solo. Durante un rato nos quedamos en profundo silencio.
No estés tan de prisa, amigo, que este bosque es tan mío como tuyo; y si dices una palabra más, te lo echo abajo en un cuarto de hora. Eso quisiera ver dijo el gigantón.
Palabra del Dia
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