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El bandido rugió como una fiera, acercósele amenazante el otro con la maza en alto y los espectadores de aquella escena los contemplaron algún tiempo en silencio, alejándose después por el camino que llevaba la columna.

Una arrojaba su mantón al redondel; otra, por ser más, añadía la blusa y el corsé; otra llegaba a despojarse de la falda, y los espectadores agarrábanlas riendo para que no se arrojasen a la arena o no quedaran en camisa.

Lo único que produce un efecto verdaderamente teatral, es el anfiteatro, circuido de graciosas barras doradas, con lujosos asientos accesibles á la mirada de los espectadores. Esto no es decir que el teatro de la Grande Opera no sea un magnífico coliseo, tanto por su extension, como por sus trabajos de pintura, escultura, dorado, y por su excelente y bien servida escena.

La curiosidad de los espectadores estaba en extremo sobreexcitada; pero la de la señora de Maurescamp había llegado al último grado, y la expresión de su rostro, mientras seguía las fases y peripecias de la lucha, demostraba su interés, o más bien una ansiedad que no estaba en armonía con las circunstancias. Aquel asalto fue un desastre para el señor de Maurescamp.

Bello contraste con las tinieblas del fondo de la catedral, vasto sepulcro de piedra donde se sentia el reprimido murmullo de los espectadores invisibles! Aquella escena tenia no qué de profundamente misterioso y solemne, como una iniciacion masónica ó de iluminados.

Al terminar su peroración con una media vuelta, arrojando la montera al suelo, el entusiasmo estalló ruidoso. ¡Olé el niño de Sevilla! ¡Ahora iba a verse la verdad!... Y los espectadores se miraban unos a otros, prometiéndose mudamente sucesos estupendos. Un estremecimiento corrió por las filas del graderío, como en presencia de algo sublime.

Numerosos espectadores estan contemplando la desastrosa escena; todos ansian descubrir la causa; haced que se presente el mas leve indicio, desde luego veréis nacer en abundancia las conjeturas, y oiréis las expresiones de «es cierto; así será; no puede ser de otra manera.... como si lo estuviese mirando ... no hay testigos, no puede probarse en juicio; pero lo que es duda, no cabe

Los agentes del ayuntamiento que allí estaban no la dejaron abrazarse al cadáver de su esposo porque el juez aún no había llegado. Los gritos de dolor de la pobre mujer partían el corazón de los espectadores. Cuando vino al fin el juzgado, se procedió al levantamiento del cadáver, se le colocó en un carro y emprendieron la marcha hacia la villa.

La atención general estaba embelesada y suspendida por la pasmosa representación simbólico-dramática que iba a verificarse durante cuatro días consecutivos, teniendo por actores a la mitad o quizá a más de la mitad de los hombres, y por espectadores a la otra mitad de ellos, a todas las mujeres y niños y a no pocos forasteros.

Sea de ello lo que fuere, había en los espectadores aquel aire de gravedad que cuadraba perfectamente á un pueblo para quien religión y ley eran cosas casi idénticas, y en cuyo carácter se hallaban ambos sentimientos tan completamente amalgamados, que cualquier acto de justicia pública, por benigno ó severo que fuese, asumía igualmente un aspecto de respetuosa solemnidad.