United States or Mali ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ellos no tienen culpa alguna decía el viejo , pero yo no puedo quererlos. Además, ¡tan semejantes á su padre, tan blancos, con el pelo de zanahoria deshilachada, y los dos mayores llevando anteojos lo mismo que si fuesen escribanos!... No parecen gentes con esos vidrios: parecen tiburones.

Aquella escuadra de selvajes que vienen en jumentos de albarda son contadores, tesoreros, escribanos de raciones, administradores, historiadores, letrados, correspondientes , agentes de la Fortuna, y llevan manos de almireces por plumas, y por papel, pieles de abadas.

Después viene el batallador prelado don Rodrigo, que conquista a los moros mucha tierra; la catedral posee un principado, el Adelantamiento de Cazorla, con poblaciones como Baza, Niebla y Alcaraz.... Y dejando a los reyes, ¡no hay poco que decir de los grandes señores, nobles como príncipes, que mostraron su generosidad con la Iglesia Primada...! Don Lope de Haro, señor de Vizcaya, no contento con costear la construcción del templo desde la puerta de los Escribanos hasta el coro, nos regala la villa de Alcubilete, con sus molinos y pesquerías, y deja dotación para que en el coro, al rezarse las completas, arda esa vela que llaman «la Preciosa», y que se coloca en el águila de bronce del gran atril.

Su madre, una señora muy apersonada que por muchos años tuvo puesto de castañas en la Cava de San Miguel, fué también metida en líos de justicia, y después de muchos embrollos, y dimes y diretes con jueces y escribanos, me la empaquetaron para el penal de Alcalá.

Salió la cabalgata á ver á los reyes llevando delante el pregonero, los ministros de la justicia y los escribanos, todos ellos vestidos con trajes de colorines, que, á juzgar por la descripción que de ellos conozco, aunque embobaran á las gentes sencillas, eran harto ridículos y estrafalarios.

Y arrastrado por una fatalidad y cual si jugase en el pleito todo su porvenir y el de sus hijos, fué gastando sus economias en pagar abogados, escribanos y procuradores, sin contar con los oficiales y escribientes que explotaban su ignorancia y su situacion.

Hay que decir: «Hasta aquí llegó la cosa»..., y palante... Yo diría a los jueces, escribanos, alguaciles, magistrados y demás pillería: «¿Queréis almorzar? Pues ahí tenéis la azada, el arado, el escoplo o lo que más os convenga. Pero con papeles no se come aquí, señores...». ¿Que no querían? Pues hacia un estanque de tinta, los ahogaba en él..., y palante.

Al levantarse en armas don Carlos, fué de los primeros en ponerse á su servicio; y su paso por una escuela militar, así como su educación, le permitieron sobresalir inmediatamente entre los demás guerrilleros del llamado ejército del Centro, propietarios rurales, escribanos de villorrio, clérigos montaraces. Era de un valor temerario, aunque poco afortunado.

Cuando él vido que los rostriquemados bastaban para testigos del milagro, no la quiso dar más a besar. Subióse al pie del altar y de allí decía cosas maravillosas, diciendo que por la poca caridad que había en ellos había Dios permitido aquel milagro y que aquella cruz había de ser llevada a la santa iglesia mayor de su Obispado; que por la poca caridad que en el pueblo había, la cruz ardía. Fue tanta la prisa que hubo en el tomar de la bula, que no bastaban dos escribanos ni los clérigos ni sacristanes a escribir. Creo de cierto que se tomaron más de tres mil bulas, como tengo dicho a V.M. Después, al partir, él fue con gran reverencia, como es razón, a tomar la santa cruz, diciendo que la había de hacer engastonar en oro, como era razón. Fue rogado mucho del concejo y clérigos del lugar les dejase allí aquella santa cruz por memoria del milagro allí acaecido.

Cada día se veen cosas nuevas en el mundo: las burlas se vuelven en veras y los burladores se hallan burlados. Llegó la noche, y cenó el gobernador, con licencia del señor doctor Recio. Aderezáronse de ronda; salió con el mayordomo, secretario y maestresala, y el coronista que tenía cuidado de poner en memoria sus hechos, y alguaciles y escribanos, tantos que podían formar un mediano escuadrón.