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Actualizado: 29 de julio de 2025
Nuevo y mayor aliento tomó el festejo con la llegada del caballero, necesitándose de la turbación agradable de los sones de los acentos y de la blanda algazara del festejo para que María pudiese esconder, bajo la fuerza del disimulo, las más contrariadas impresiones que probaba en aquel punto.
He ido a Milly para esconder un poco de trigo por lo que pueda ocurrir, que me parece será de importancia. ¡El año que hoy acaba, ha parecido un sueño sangriento de Bonaparte! ¡Qué será, Dios mío, el que empieza mañana! Tengo esperanza de que caerá... Estos puntos suspensivos indican bien claro su deseo de la caída de Bonaparte y de la vuelta de los Borbones, los reyes queridos de su niñez.
A la menor señal, el arsenal aquel proveerá de elementos de guerra a 12.000 hombres. Y no se crea que lo de esconder los fusiles en los bosques es una ficción poética. Hasta el año 1841 se han estado desenterrando depósitos de fusiles, y créese todavía, aunque sin fundamento, que no se han exhumado todas las armas escondidas bajo de tierra entonces.
14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende la lámpara y se pone debajo de un almud, sino en el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. 16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Baltasar enfriaba a ojos vistas: a cada paso mostraba más cautela, adoptaba mayores precauciones, descubría más su carácter previsor y el interés de esconder su trato con la muchacha como se oculta una enfermedad humillante. Mostrábase aún tierno y apasionado en las entrevistas; pero se negaba obstinadamente a acompañar a Amparo dos pasos más allá de la puerta.
Aqui me quiero esconder, Hasta que al anochecer Torne á seguir mi viage, Que en este mismo parage Mostagan viene á caer. Porque el sol sale de alli, El norte acia allá se inclina, No está lexos la marina. O qué mal estoy aqui! Buen Jesús, tú me encamina, Que mucho alarbe pasa Por esta campaña rasa: Si me he acertado á esconder, No me despido de ver Mis hijos, muger, y casa.
De su propia ropa no se diga: en pleno invierno andaba por las calles sin abrigo ni capa, respetado de las pulmonías, protegido sin duda contra ellas por el fuego interior de su perversidad. Ya no sabían Doña Paca y Benina dónde esconder las cosas, pues temían que les arrebatara hasta la camisa que llevaban puesta.
Al primer grito herido de Montiño, una de las dos mujeres levantó la cabeza, y la otra se estrechó más contra su compañera; en el momento en que una de las mujeres le miró, la luz del farol hería de lleno la calva frente de Montiño, levantada al cielo en una actitud más épica y más impía que la que puede suponerse en Ayax amenazando á los dioses; verle aquella mujer, y esconder otra vez, temblando, su cabeza, entre el seno y el hombro de su compañera, fué todo cosa de un momento, y uno de los dos hombres que estaban en un ángulo, y que no le veían el rostro por la razón capital de que le veían las espaldas, le dijo con acento áspero é insolente: Háganos el menguado la merced de callar, que aquí, al que más y al que menos le huele el pescuezo á cáñamo, y no alborote de ese modo.
No bien pidió el almuerzo, siguió diciendo: ¿Ya sabes que está con nosotros una joven? ¿No la viste anoche? Creo que sí.... ¡Muy buena! ¡Muy buena! ¡Cómo un pan de gloria! Y te quiere mucho.... Parece que te conoció desde que eras así. ¿Te acuerdas qué travieso? ¿Te acuerdas de cuando rompiste el juego de café de tu tía Carmen? Me parece que te veo: te fuiste a esconder en la bodega.
Mas no podía esconder un brillo frío y siniestro de la mirada, antipático como él solo; en aquel brillo y en la expresión repulsiva que le acompañaba, se había convertido el misterioso fulgor de aquellos ojos que habían cantado, a la guitarra, varios parientes de la enfermucha mujer, nerviosa, irascible.
Palabra del Dia
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